el avance de las pesquisas

A la caza del terrorista

SILVIA MARTÍNEZ / PARÍS

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Los investigadores empiezan a conocer mejor la trayectoria de los ocho yihadistas que el pasado viernes dejaron a su paso un reguero de sangre en París y centran su atención en las conexiones internacionales que hay detrás de la masacre. El comando estuvo en contacto con responsables del Estado Islámico en Siria y, al menos dos de los terroristas combatieron en suelo sirio. A solo 36 horas de la masacre, el Ministerio de Defensa francés confirmaba anoche el bombardeo de la ciudad siria de Raqqa, considerada feudo del Estado Islámico. Se trata del ataque aéreo más importante de los llevados a cabo por Francia en Siria.

Ahora la prioridad de la policía francesa es localizar a Salah Abdeslam, el terrorista huido que, según los investigadores, podría entrar en España. Abdeslam logró llegar a Bélgica después de que se le interceptara en un control policial en Francia pero se le dejara marchar.

Las pistas sobre los kamikazes que actuaron en tres comandos perfectamente coordinados se acumulan mientras se siguen practicando detenciones y registros en Bélgica. La Fiscalía antiterrorista de París encargada de las pesquisas tiene clara la implicación de tres ciudadanos franceses. Se trata de Bilal HafdiIbrahim Abdeslam y Ismael Mostefai. El primero había regresado a Europa tras pasar varios meses combatiendo con el Estado Islámico en Siria. Mostefai, que se inmoló con un cinturón de explosivos después de haber descargado su kalasnikov en pleno concierto en la sala Bataclan de París, era un delincuente de poca monta originario de Essone, al sureste de París, fichado por la policía en el 2010 por su radicalización. Había viajado a Siria en el 2014.

Un dedo seccionado que los investigadores hallaron en el lugar de la masacre es lo que ha permitido ponerle nombre. Este joven padre de familia vivió en una barriada de Chartres, al suroeste de París al menos hasta el 2012. Fue allí donde, según comentó a la emisora BFMTV el alcalde de la localidad, se radicalizó al frecuentar la mezquita de Lucé que cualquier lugareño aconseja evitar cuando cae la luz. «Allí empezó a crearse una pequeña red salafista», rememoró el edil.

Y de allí fue expulsado por un iman radical llegado de Bélgica. La Fiscalía belga, por su parte, informó de que dos de los autores de la masacre residían en la comuna de Molenbeek-Saint-Jean, un pequeño barrio de 90.000 habitantes situado al oeste de Bruselas donde ya han sido detenidas siete personas.

En paralelo, las autoridades francesas han identificado dos vehículos con matrícula belga, uno hallado cerca de la sala de conciertos Bataclan y otro próximo al cementerio de Père Lachaise. «La investigación demuestra que estos dos vehículos fueron alquilados a principios de semana en Bruselas», aseguran.

EL ENIGMA DEL PASAPORTE

Otra de las pistas que sigue la investigación es la del pasaporte sirio hallado junto al cuerpo del kamikaze que saltó por los aires junto al Estadio de Francia y cuyo titular responde al nombre de Ahmad Almuhammad Pasó por Grecia y el pasaporte fue sellado en Serbia. Pertenecería a un inmigrante que llegó a Europa por la isla griega de Lesbos el 3 de octubre.

Por otro lado, el secretario de Estado de Deportes, Thierry Braillard, confirmó ayer en France 2 que los dos kamikazes que se hicieron inmolar en las inmediaciones del Estadio de Francia mientras se disputaba el amistoso Francia-Alemania, habían intentado entrar en el recinto deportivo.

Francia no ha tardado en responder a la masacre parisina. En una operación conjunta con Emiratos Árabes y Jordania, Francia bombardeó con intensidad la ciudad siria de Raqqa, considerada capital del Estado Islámico en Siria. Diez aviones lanzaron una veintena de bombas contra un centro de mando del Estado Islámico, un centro de reclutamiento, un depósito de municiones y un campo de entrenamiento de los yihadistas.