ESCÁNDALO EN LA CURIA ROMANA

El nuevo 'Vatileaks' revela el despilfarro en la Santa Sede

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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'Via Crucis' 'Avaricia', los dos volúmenes que saldrán este jueves a las librerías, desvelan escandalosos entresijos de intereses en los bastidores del Vaticano y subrayan la mala gestión y el despilfarro como prácticas eminentemente vaticanas. En el fondo, los textos, un nuevo 'Vatileaks', se convierten en un apoyo a la limpieza que pretende el papa Francisco.

La razón es que los libros ponen en entredicho a sus adversarios y desvelan las tramas para ocultar los intereses económico-financieros-inmobiliarios del Vaticano. «El Papa está entristecido», se filtró este martes desde la Santa Sede. Y no podía ser de otro modo si le encarcelan a un sacerdote y a una colaboradora tres años después de su elección y la situación financiero-inmobiliaria del Vaticano sigue siendo casi la misma que provocó la dimisión de Benedicto XVI en el 2013.

Los autores de los dos libros han asegurado que además de incluir documentación reservada del Vaticano sacan también a la luz conversaciones privadas que el Papa habría mantenido con sus asistentes durante reuniones en la residencia Santa Marta y que habrían sido registradas ilegalmente.

«Si no podemos custodiar el dinero, que se ve, ¿cómo podremos custodiar el alma de los fieles, que no se ve?», habría dicho en una ocasión el Pontífice argentino, según las grabaciones a las que tuvieron acceso los periodistas. En una nota de prensa, el Vaticano valoró ambos ejemplares como el «fruto de una grave traición de la confianza depositada por el Papa».

5.050 INMUEBLES

Los volúmenes revelan, por ejemplo, que la remodelación del apartamento de 700 metros cuadrados del cardenal Tarzicio Bertone, exsecretario de Estado, habría sido pagada con fondos del hospital Banbin Gesù para bebés y niños enfermos de Roma, según 'Avaricia', del reportero del semanario 'L'Espresso' Emilio Fittipaldi.

El texto 'Via Crucis', de Gianluigi Nuzzi, añade que el Vaticano dispondría de unos 5.050 inmuebles en Roma, de los que la documentación oficial ignora sus metros cuadrados y que, sin embargo, están valorados catastralmente en torno a un euro cada uno -el importe no es un error-pero inscritos en los balances con un valor de 2,5 a 2,7 millones de euros. O que el 79,4% del Óbolo de san Pedro -las limosnas de los fieles y que varían según los Papas, oscilando entre 80 y más de 100 millones de dólares anuales- se usan para «los gastos ordinarios», como sueldos o pensiones, cuando deberían terminar en manos del Papa de turno para sus obras de caridad. Pablo VI, por ejemplo, mandó construir casas baratas para habitantes de barracas en Roma y en la India y Bergoglio ha hecho donaciones en todo el mundo ante catástrofes naturales.

Los libros son prolijos en informaciones de dinero desviado hasta antes de la llegada de Bergoglio, como los supermercados del Vaticano (700.000 euros esfumados) o el economato del 'prête a porter' (500.000 euros desaparecidos). Juan Pablo I, fallecido en 1978, dispone aún de una cuenta corriente en el IOR o banco papal con 110.864 euros. Pablo VI, fallecido el mismo año, dispondría de 125.310 euros en una cuenta y de 296.151 dólares en otra.

HACER LIMPIEZA

Nuzzi, autor de 'Via Crucis', explica que el libro «revela la situación dramática que Jorge Bergoglio hereda de Joseph Ratzinger, con asuntos turbios, negocios opacos y privilegios», razones por las que numerosos organismos vaticanos no le proporcionan las informaciones requeridas.

En los textos habría unos 16 minutos de grabaciones clandestinas de una reunión del Papa con sus colaboradores, al comienzo del pontificado, sobre la necesidad de hacer limpieza. Bergoglio lamenta que sus colaboradores paguen a los proveedores sin pedir antes presupuestos, por lo que por el trabajo acabado tengan que pagar hasta un 30% de más. En la reunión estaba el sacerdote riojano Lucio Ángel Vallejo, que sigue en la mazmorra vaticana, acusado de robar secretos de los que se nutren los libros.

Este martes fue otra vez interrogada la relaciones públicas Francesca Immacolata Chaouqui, libre aunque con los mismos cargos que pesan sobre Vallejo. «No he traicionado al Papa», dijo. En su página de Facebook añadió: «No hay nada que haya amado y defendido más que la Iglesia y el Papa, ni siquiera mi dignidad».