DE CANADÁ A MIAMI

Kim Phuc, la niña del napalm, recibirá tratamiento médico 50 años después

La mujer de la icónica foto de Vietnam nunca acabó de recuperarse de sus heridas

Kim Phuc (centro), rodeada por sus hermanos y primos, corre tras el ataque con napalm en Trang Bang, el 8 de junio de 1972.

Kim Phuc (centro), rodeada por sus hermanos y primos, corre tras el ataque con napalm en Trang Bang, el 8 de junio de 1972. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Aquella foto pasó a la historia como uno de los símbolos de la barbarie de la guerra. Un grupo de niños flanqueados por varios soldados corre por la carretera dejando atrás una nube de humo. El foco se centra en una niña desnuda que separa los brazos del cuerpo y grita con gesto desencajado en una mueca de dolor y pánico. Aquella niña tenía 9 años y se había arrancado la ropa porque le estaba abrasando el cuerpo. Fue el 8 de junio de 1972. La aviación de Vietnam del Sur acababa de bombardear con napalm –un líquido inflamable que se pega a la piel causando quemaduras atroces-- la aldea de Trang Bang, al norte de Saigón, atacada y ocupada previamente por el Vietcong.

Aquella imagen tomada por el fotógrafo de Associated Press, Nick Ut, se publicó al día siguiente en la portada del 'New York Times', espoleando el estupor de una opinión pública estadounidense que por entonces ya estaba mayoritariamente en contra de la guerra. Siete meses después, tras los Acuerdos de Paz de París, Estados Unidos dejó de combatir en Vietnam. Para su protagonista, Kim Phuc, las secuelas nunca se fueron. Aunque en la fotografía no se vean, sufrió gravísimas quemaduras en la espalda y uno de los antebrazos, un dolor extenuante que la ha acompañado desde entonces. "Durante mucho tiempo pensé que dejaría de tener cicatrices y dolor cuando estuviera en el cielo, pero ahora siento que tengo al alcance el cielo en la tierra", ha dicho Phuc a sus 52 años.

ALIVIAR EL DOLOR

Cuatro décadas después de aquel bombardeo, Phuc se está sometiendo en Florida a un tratamiento dermatológico con láser para tratar de aliviar el dolor que siente desde entonces. A finales del mes pasado se puso en manos de la doctora Jill Waibel del Instituto de Dermatología y Láser de Miami con el fin de reparar el tejido dañado por las quemaduras, que afectaron a un tercio de su cuerpo. Pese a la fisioterapia y los ejercicios que ha realizado todos estos años para preservar la movilidad, no puede extender completamente el brazo izquierdo y la rigidez en la mano le impedido cumplir su sueño de aprender a tocar el piano.

"De niña me encantaba subir a los árboles como si fuera un mono para coger las mejores guabas y pasárselas a mis amigos", le ha contado a Associated Press. "Desde que me quemé, nunca pude volver a escalar un árbol ni a jugar a los mismos juegos de antes con mis amigos. Es realmente difícil. Estaba de verdad incapacitada". Phuc vive en Canadá desde los años 90 junto a su marido y dos hijos. Dirige la fundación Kim Foundation International, dedicada a ayudar a niños víctimas de la guerra, y es embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas, lo que le lleva a viajar por el mundo para recontar su historia y concienciar a otros sobre los desastres de los conflictos bélicos.

En este viaje a Florida se ha hecho acompañar por el fotógrafo que la convirtió en un icono antibélico y al que llama cariñosamente 'tío Ut'. "Él es el principio y el final", ha afirmado. "Él me tomo la foto y ahora está aquí conmigo en este nuevo viaje, este nuevo capítulo". Nick Ut ha contado muchas veces que después de tomar la foto, dejó la cámara en el suelo y tapó a Phuc con una manta. La niña gritaba: "demasiado caliente, demasiado caliente" y le pedía agua. Más tarde la cogió a ella y a otros niños y se los llevó a un hospital. Phuc pasó entre médicos más de un año. Según la doctora Waibel, lo normal en pacientes con quemaduras tan graves es que mueran.