INCIDENTE EN UN VUELO DE CHINA AIRLINES

Parir en el aire por un pasaporte

Una taiwanesa da a luz en un avión al entrar en el espacio aéreo de EEUU para que el hijo tenga la nacionalidad de ese país

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Un alumbramiento en pleno vuelo es de esas noticias que periódicamente esponjan los medios de dramas y este sumaba todos los ingredientes. Jiang dio a luz a 9.000 metros sobre el océano en un vuelo de China Airlines desde Taipei a Los Ángeles. La prensa se rebozaba dos semanas atrás: la pericia de la doctora que asintió a esa cinematográfica pregunta de si hay algún médico en la sala, la estoica resistencia de la madre que ahogaba el grito mordiendo las sábanas, la eficaz asistencia de las azafatas y el silencio sepulcral del pasaje roto finalmente en aplausos y ovaciones.

Incluso la doctora venía de disfrutar la luna de miel en Bali. En ese avión no cabían más héroes ni azúcar hasta que una azafata mandó parar. En su cuenta de Facebook desveló que la mujer había pedido retrasar el parto después de romper aguas y preguntaba insistentemente si ya estaban en espacio aéreo estadounidense. Jiang ha pasado de madre del año a una egoísta que miente a destajo y dispone del tiempo y destino de 200 pasajeros para lograr la nacionalidad estadounidense de su hijo. Algo parecido a una versión aérea de esos niños ancla que denuncia el candidato republicano Donald Trump contra la inmigración mexicana.

Después se ha sabido todo. La mujer voló con un embarazo de 36 semanas que ocultó a la aerolínea carecía de la autorización médica necesaria tras las 32 semanas.

AL PARLAMENTO

El caso ha llegado al Gobierno y Parlamento taiwanés. El Ministerio de Transporte ha aclarado que la responsabilizarán del coste causado por desviar el vuelo hacia Alaska. El avión aterrizó en Los Ángeles con apenas tres horas de retraso, pero los gastos son millonarios y en la aerolínea hay dinero público. «La compensación a China Airlines será, probablemente, inevitable», ha señalado el ministerio apoyándose en los engaños de la madre. La aseguradora está calculando la cifra y Lo Shue-lei, legislador del Kuomintang, ha pedido al Gobierno que obligue a la aerolínea a cobrarle la compensación directamente a la mujer.

Yeh Yi-jin, del Partido Democrático Progresista, ha alertado del efecto contagio que podría causar la publicidad del caso y amonestado a la aerolínea, de donde salieron las primeras informaciones triunfalistas.

Madre e hijo se encuentran bien. Ella ha sido deportada a Taiwán por las autoridades de inmigración estadounidenses. Aterrizó con la cara cubierta con una chaqueta y eludió al enjambre de periodistas. De él se sabe que está siendo cuidado en Alaska por familiares o servicios sociales, depende de la fuente. Y asegura su madre que ha recibido la nacionalidad estadounidense. Hubo de meterse en un vuelo ocultando un embarazo de nueve meses y enviar a 200 personas a Alaska para conseguirla.