ELECCIONES LEGISLATIVAS EN PORTUGAL

Los portugueses van a las urnas sin alternativas al bipartidismo

Los conservadores del primer ministro Passos Coelho lideran las encuestas

Simpatizantes del candidato conservador Coelho durante la campaña electoral en Lisboa.

Simpatizantes del candidato conservador Coelho durante la campaña electoral en Lisboa.

ANTONIO ACEDO MORENO / LISBOA

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Los más de nueve millones de ciudadanos lusos llamados hoy a las urnas acuden a la cita electoral sin apenas alternativas, ya que el Gobierno en Portugal sigue siendo cosa de dos: o la coalición conservadora que aplicó draconianas medidas de ajuste durante los últimos cuatro años o un Partido Socialista (PS) que terminó su mandato en el 2011 con una petición de rescate financiero que provocó la llegada de la troika al país.

La mayoría de encuestas reflejan una notable recuperación de la candidatura liderada por el actual primer ministro, Pedro Passos Coelho, que ha pasado en cuestión de meses de no tener apenas opciones a encabezar los sondeos, aunque perdería la mayoría absoluta de la que hasta ahora ha disfrutado. Una evolución contraria a la de António Costa, que ha visto ir menguando su ventaja desde que fuera nombrado oficialmente líder del PS.

De hecho, los sondeos apuntaban al empate técnico hasta hace solo una semana, pero Costa parece haber perdido apoyos en el tramo final de la campaña. Pese a restar importancia a los resultados de las encuestas, los socialistas no dudaron en apelar al voto útil entre los votantes de izquierda como último recurso para intentar regresar al poder.

CRÍTICOS

Por esa fracción del electorado compite con el Partido Comunista y el marxista Bloque de Izquierda, dos grupos con presencia en el Parlamento que confían en mejorar sus resultados tras una legislatura marcada por la austeridad. Sin embargo, ambos son históricamente muy críticos con los socialistas, lo que dificulta cualquier tipo de pacto postelectoral.

Al contrario que otros países como España y Grecia, en Portugal las formaciones alternativas surgidas al calor del movimiento de los «indignados» apenas tienen peso y tienen difícil siquiera lograr un escaño.

Desde Agir («Actuar» en portugués, que pretende evocar a Podemos) hasta Nós, Cidadãos (el equivalente a Ciudadanos), pasando por el partido del populista António Marinho e Pinto o por Livre, de tendencia socialista. Todos ellos son de reciente creación y adolecen de estructura para consolidarse como una opción clave en la formación de Gobierno de cara a estas elecciones.

Una de las notas más destacadas de la campaña electoral fue la falta de referencias a los escándalos que han azotado al país en el último año. El encarcelamiento del exprimer ministro José Sócrates por un caso de corrupción y el desplome sufrido por el Grupo Espírito Santo no fueron protagonistas de la discusión entre los dos principales candidatos, contra todo pronóstico.

PRISIÓN DOMICILIARIA

Sócrates, jefe del Ejecutivo socialista entre el 2005 y el 2011, abandonó el centro penitenciario de Évora y pasó a prisión domiciliaria a principios de septiembre, pero su caso apenas ha sido utilizado en el debate entre partidos.

La caída en desgracia de los Espírito Santo -clan que era dueño del mayor emporio empresarial del país y con importantes conexiones en las altas esferas- también ha pasado sin pena ni gloria, con la única excepción de las continuas manifestaciones convocadas por los pequeños inversores que perdieron su dinero al apostar por instrumentos financieros del grupo.