EL FUTURO DE UNA CÁRCEL POLÉMICA

El jefe del Pentágono duda de que se pueda cerrar Guantánamo

La apatía de Carter con el asunto frustra los planes de la Casa Blanca

Ashton Carter.

Ashton Carter.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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A mediados del mes pasado, varios equipos del Pentágono visitaron dos prisiones militares en Kansas Carolina del Sur para estudiar la posibilidad de que sirvan eventualmente para acoger a los presos de Guantánamo. El cierre del centro de detención cubano sigue siendo una prioridad para el presidente Barack Obama, que aspira a cumplir una de las promesas pendientes desde el primer día de su mandato. Pero hay dudas de que su secretario de Defensa comparta el mismo nivel de compromiso. En unas recientes declaraciones, Ashton Carter dejó la puerta abierta a que Guantánamo permanezca abierta de forma indefinida.

«Está bien si siguen detenidos en Guantánamo, aunque yo preferiría que estuvieran en otro sitio», dijo Carter en una teleconferencia con las tropas apostadas en el extranjero. «Estaría bien hacerlo si podemos y sería importante», añadió refiriéndose al cierre de una prisión que se ha convertido en un símbolo de la perversión de la justicia. «Pero tenemos que ser realistas sobre la gente que está en Guantánamo. Están allí por un motivo», añadió.

De los 116 detenidos que siguen en el penal, 52 tienen desde hace años autorización para ser transferidos a terceros países, pero la repatriación no llega, teóricamente porque el Pentágono carece de garantías de que serán convenientemente vigilados en sus países de destino.

SIN PRISAS

La Casa Blanca está frustrada. La potestad de transferir a los reclusos recae en el secretario de Defensa, pero como ya ocurrió con su predecesor en el cargo, Chuck Hagel, Carter no tiene prisa. Como ya expresó en las audiencias de su nominación, teme que una vez liberados, algunos reclusos se sumen a la lucha. «No hay duda de que está bajo presión», dijo una fuente militar al diario Daily Beast. «A la Casa Blanca le gustaría ver que las transferencias se hacen de forma regular», añadió.  Hace varias semanas, la Administración Obama le pidió que presentara un plan para cerrar la prisión, pero Carter todavía no lo ha enviado.

Sí ha movido ficha al evaluar varias prisiones militares, donde la Casa Blanca aspira a tranferir a los presos que considera demasiado peligrosos para ser liberados. Pero el Congreso, por el momento, impide que esa opción se materialice.