¿Y si Grecia deja el euro? ¿Y si Grecia se queda en el euro?

Los analistas no descartan el 'Grexit'. Una Grecia fuera del euro se sumiría en una profunda depresión, pero más recortes sin reestructurar la deuda hundirían a la economía helena aun más. OLGA GRAU

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Analistas de RBS, JP Morgan, Barclays y Standard & Poor's ven más cerca la salida de Grecia del euro. A pesar de que los tratados europeos no contemplan la expulsión de un país miembro del club de la moneda única, Grecia depende ahora de la decisión política de los acreedores y, sobre todo, del BCE que podría provocar un Grexit o Grexaccident. «La salida de Grecia del euro es el escenario más probable», según Barclays.

Si la institución que preside Mario Draghi se pliega a la ala más dura de los halcones (Bundesbank) y cierra el grifo de financiación a la banca griega -ayer ya dio una señal en este sentido al no aumentar el ELA-, la crisis de liquidez de la banca helena se convertiría automaticamente en una crisis de solvencia que empujaría al sistema financiero a la quiebra.

El Banco Central de Grecia se vería obligado a imprimir su propia moneda para inyectar liquidez y recapitalizar a la banca y el corralito se debería mantener de forma indefinida hasta que la situción económica se estabilizara. Desde Barclays, pero también otroas firmas, hablaban ayer de la posibilidad de que Grecia imprima IOUs, una abreviatura de la frase inglesa I owe you (te debo, en inglés), una especie de pagarés que reconocen la deuda. «Los IOUs se convertirían en el Nuevo Dracma Griego (NGD, en las siglas en inglés)», apuntaban en Barclays.

El escenario que dibujan los analistas es dramático. La nueva moneda se devaluaría, lo que obligaría a las empresas locales que tienen su deuda en euros con acreedores europeos a suspender pagos. Los contratos firmados en euros deberían reestructurarse y los ahorradores perderían una parte importante de su dinero por el simple hecho de tener una moneda que vale menos. Por el contrario, lo que se han llevado sus ahorros al exterior en euros, serían los grandes ganadores. A medio plazo, un euro barato podría impulsar la industria turística y las importaciones.

Grecia intentará lograr un acuerdo que suavice las condiciones previas impuestas por la troika y que incluya eventualmente una compromiso de reestructuración de la deuda, que suma 317.000 millones de euros (el 177% del PIB) y que ha sido considerada impagable incluso por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero los acreedores y la troika siguen considerando que el país necesita hacer recortes y llevar a cabo profundas reformas en su economía y se niegan a abordar una reestructuración de la deuda que siente un precedente en países endeudados como España.

La última oferta del Eurogrupo incluía ajustes presupuestarios, subidas en el IVA y recortes en pensiones, que según economistas y expertos ajenos a la troika agravarán la recesión del país cuyo PIB ha caído un 25% durante el rescate. La escalada de la deuda seguiría al alza puesto que el PIB disminuiría y a la deuda existente se le tendría que añadir un tercer rescate que el FMI cifra en 52.000 millones de euros.

No existen cálculos del impacto en la economía griega de un eventual plan de ajustes, pero el país heleno atraviesa una situación de emergencia social deteriorada por la restricción de capitales.

El economista Guntram B. Wolff del prestigioso centro de estudios Bruegel, con sede en Bruselas, consideraba ayer en una opinión titulada Greferedum que «el mejor resultado sería un acuerdo con menos austeridad, pero con serias reformas en Grecia».

Wolff considera que esto todavía es posible, pero que requeriría un liderazgo real en Grecia y en otros países de la zona del euro «Los acreedores deben entender que la generosidad es en su interés porque un Grexit sería más costoso. Syriza tiene que ofrecer un programa de transformación para Grecia que garantice la competencia , limite la corrupción y asegure una fiscalidad justa», apunta el economista.