CUBA EN CUATRO BARRAS

Huellas catalanas en La Habana

La Barcelona de ultramar. Un paseo por el centro de la capital cubana permite descubrir decenas de edificios con huella catalana. La archivera del Casal Català Idania Esther Rodrigues propone, entre otros, estos 10. Hay desde casas de poderosos empresarios hasta fábricas de productos de fama mundial.

ÓSCAR HERNÁDEZ

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FARMACIA SARRÀ

Josep Sarrà Català y Valentín Català abrieron la farmacia La Reunión en 1853 en la calle del Teniente Rey. Al dejar el segundo el negocio, se incorporó el hijo del primero, José Sarrà Valldejuli, que se licenció en Farmacia en La Habana en en 1862. La que llegó a ser la mayor farmacia de América, con más de 300 empleados, también era droguería y sus edificios ocupaban una manzana entera. Sarrà, que en 1886 editó uno de los mayores catálogos del mundo, fue socio de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña y regalaba medicinas a los catalanes que no podían pagarlas

CASAL CATALÀ

La Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña adquirió su última sede, que se puede visitar, en 1946. Después de la Revolución de 1959, varias familias se instalaron a vivir en los bajos, pero se reservó el primer piso para vivienda del secretario de la entidad. En 1999, gracias a un donativo de la Generalitat, se reformaron los bajos para convertirlos en locales de actividades de socios. Con grandes ventanales y persianas, el gran patio interior dispone de un poema visual de Joan Brossa. El también conocido como Casal Català está en la calle de Consulado, 68.

LONJA DEL COMERCIO

En un extremo de la plaza de San Francisco, una de las entradas a la Habana Vieja, se encuentra la Lonja del Comercio de La Habana donde, aún hoy, como en su origen, se agrupan oficinas de empresas. Fue construida en 1908 cuando el presidente de la entidad era el emigrante de Lloret de Mar Narcís Macià, quien presidió la Sociedad Catalana de Benificencia, además de dirigir empresas y bancos.

CEMENTERIO DE COLÓN

EI camposanto, el mayor (50 hectáreas) y más monumental de La Habana, es un auténtico museo. Concentra la mayoría de las tumbas de los catalanes más ricos del siglo XIX y principios del XX, cuando la última morada era casi tan importante como la principal. En la foto, la de la familia Conill, cuyo patriarca, Joan, fue el mayor almacenista de tabaco del país . Además fundó una refinería de petróleo y compró varios edificios de la ciudad.

HOSTAL VALENCIA

La familia Samà adquirió a principios del siglo XIX esta casa y la transformó en hotel. El edificio tiene un refrescante patio interior ajardinado (foto) y está en las calles de Oficios y de Obrapía, que formaron parte de un importante eje comercial. Salvador Samà (1797-1866) fue el miembro más destacado de esta familia catalana. Fundó el Banco Español de Cuba en 1856 y después patrocinó un dique flotante en el puerto y promovió el tren de Marianao.

BACARDÍ

El Edificio Bacardí es uno de los más destacados de La Habana. La planta de acceso se decoró con mármol rojo como símbolo de las mieles que hicieron famoso este ron. Losetas de gres cerámico amarillo en la fachada de este imponente edificio de artdecó representan el ron blanco-dorado de la marca. En lo alto, el símbolo del murciélago.La empresa fue fundada en 1840 por el catalán Facundo Bacardí Massó.

ERMITA DE MONTSERRAT

La Sociedad de Beneficencia presentó un proyecto a la reina María Cristina en 1887 para construir una ermita en honor de la virgen de Montserrat en la actual plaza de la Revolución, conocida entonces como Loma de los Catalanes y escenario de actos multitudinarios del Gobierno cubano. Finalmente, se levantó en Rancho Boyeros, una finca cercana al aeropuerto, donde se inauguró en 1954. En la foto, el altar con una reproducción de la Moreneta y la ‘senyera’.

PARTAGÀS

Jaume Partagàs Rabell llegó a Cuba desde Arenys de Mar en 1831 con solo 14 años, porque la sastrería de su familia no funcionaba bien. Aprendió el negocio del tabaco de la mano del también catalán Joan Conill, instalado en Cuba desde 1820 y quien apadrinó a varios compatriotas en los años siguientes. En sus viajes a a Pinar del Río, Partagàs conoció las plantaciones de tabaco hasta que en 1845 fundó la Real Fábrica de Tabacos Partagàs, un referente mundial.

BANCO GELATS

En la calle Aguiar de La Habana, en el que fuera hace más de un siglo el distrito financiero, se encuentra la antigua sede del Banco Gelats, ahora sede del Banco Nacional de Cuba. El edificio fue construido en 1908 por el dueño de la compañía, Narcís Gelats Durall (Lloret, 1846- La Habana. 1929). Entidad de gran de prestigio, custodió el capital de varios países europeos , así como de Canadá y EEUU, y la fortuna de los catalanes. «Era el único banco en el que el Vaticano guardaba dinero», dice la archivera del Casal Català. Gelats fue naviero y dueño de la marca de cervezas La Tropical.

EL FLORIDITA

Nadie debería dejar La Habana sin tomarse un daiquiri en El Floridita, local de origen catalán. Tal como recuerdan un cuadro y una placa en la entrada del coqueto bar, su propietario era Constantino Ribalaigua Vert, maestro coctelero que creó el Daiquiri Floridita, el Papa Doble y el Havana Special. Gran amigo de Ernest Hemingway, Ribalaigua le preparaba unos daquiris muy especiales sin azúcar, ya que el escritor era diabético. Una estatua de bronce a tamaño natural de Hemingway permanece permanentemente apoyada en un extremo de la barra, repleta de turistas.