Francia y Alemania se coordinan contra las cuotas de refugiados

Los dos países plantean enmiendas al plan de la UE por la crisis del Mediterráneo

Miembros de la Cruz Roja atienden a un inmigrante tras desembarcar en Augusta (Sicilia), el pasado domingo.

Miembros de la Cruz Roja atienden a un inmigrante tras desembarcar en Augusta (Sicilia), el pasado domingo.

EL PERIÓDICO / PARÍS / BRUSELAS

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París y Berlín se han unido en su rechazo al plan  de la Comisión Europea para afrontar la crisis excepcional de los refugiados en el Mediterráneo y presentaron enmiendas a la propuesta de reparto por cuotas en los diferentes países de la UE.  Los ministros de Interior de ambos países, Bernard Cazeneuve (Francia) y Thomas de Maizière (Alemania), afirmaron en un comunicado conjunto que el reparto por cuotas «deberá antes que nada tener mejor en cuenta los esfuerzos ya efectuados por los estados miembros» en mecanismos de protección y asistencia, como la admisión humanitaria.

Cazeneuve y De Maizière, que recordaron que actualmente cinco estados (Francia, Alemania, Suecia, Italia y Hungría) cargan con el 75% de los demandantes de asilo, insistieron en que «esa situación es insostenible» y en que el nuevo dispositivo debe ser «justo», pero también «temporal y excepcional». En concreto, afirmaron que el mecanismo de emergencia previsto por la UE «debe fundamentarse en dos principios igual de importantes: responsabilidad y solidaridad. Creemos que el equilibrio entre estos dos principios no se ha alcanzado en la propuesta de la Comisión», señalaron.

Según el sistema de cuotas planteado, que aún debe ser aprobado por el Consejo Europeo, a Alemania y Francia les correspondería acoger a un 40% de los 40.000 peticionarios de asilo incluidos en el plan. Sus reticencias, junto al rechazo de España y otros países del Este, demuestra que el plan, considerado insuficiente por muchas oenegés, está topando con más dificultades de las previstas entre los Veintiocho. La asignación de cuotas se basa en criterios de población, economía, desempleo y peticiones de asilo recibidas en los últimos cinco años.

París y Berlín sostienen que los países ribereños del Mediterráneo, que reclaman una mayor solidaridad, deben aplicar, con el apoyo del presupuesto europeo, «todas las medidas jurídicas y financieras necesarias para reforzar la vigilancia de las fronteras exteriores».

Rápida expulsión

En la misma línea, Cazeneuve y De Maizière defienden que en estos países europeos de llegada, los inmigrantes sean trasladados a «centros de espera» próximos al lugar de desembarco, y que allí se haga la criba para la rápida expulsión de los que no sean susceptibles de acogerse al estatus de refugiados. Para eso, admiten que los estados, la Oficina Europea de Ayuda al Asilo, Frontex y la Comisión Europea tendrán que respaldarlos con «medidas concretas, utilizando plenamente el marco jurídico existente».

Frontex deberá apoyar en particular a los países que hagan frente a «un flujo excepcional de inmigrantes irregulares», según el comunicado, y tendrá que reforzar los contactos con los países de origen para que admitan a los expulsados. En cuanto a los que no puedan ser devueltos, su situación se examinará también en los países de primera entrada siguiendo los procedimientos de derecho común.

Los dos ministros dijeron que, más allá de la cuestión de las cuotas, hay que «limitar los movimientos migratorios secundarios -entre los países de la UE- que pondrían en peligro» ese reparto. Los titulares de Interior de la UE discutirán el plan el 15 y 16 de junio. El Reino Unido, Dinamarca e Irlanda están exentos de participar, e incluso el primero ha avanzado que tampoco lo hará en la redistribución de otros 20.000 refugiados de guerra acogidos actualmente en terceros países.