DICTADURAS EN ÁFRICA

El tirano de Chad

Un documental de Isabel Coixet da cuenta del periodo bajo el yugo del dictador Hissène Habré 'Hablando de Rose' radiografía al régimen a partir de una opositora asesinada

Dictador 8 Hissène Habré, en una imagen del 2005 en Dakar.

Dictador 8 Hissène Habré, en una imagen del 2005 en Dakar.

MONTSE MARTÍNEZ
BARCELONA

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Las últimas palabras que dirigió a sus verdugos daban cuenta de su arrojo. No se arrepentía ni un ápice de su lucha, una lucha al servicio del pueblo chadiano que sería recogida por la Historia. Rose Lokissim es una entre las miles de víctimas de Hissène Habré, el que fuera dictador de Chad entre los años 1982 y 1990.

«Una de mis principales satisfacciones es que he ayudado a que se cumpla el deseo de Rose, que se hable de ella y dejar constancia de que su lucha tuvo sentido». Son palabras de Reed Brody, abogado de la oenegé Human Right Watch, conocido como «el cazador de dictadores». «el cazador de dictadores»Un alias ganado a pulso por su tesón en el objetivo de que tiranos como el chileno Augusto Pinochet o el haitiano Jean-Claude Duvalier no quedaran impunes.

Todo su trabajo en la recopilación de documentación y testimonios encauzados a sentar al dictador chadiano en el banquillo de los acusados es el punto de partida del corto documental titulado Parler de Rose (Hablando de Rose) dirigido por Isabel Coixet y narrado por Juliette Binoche. La figura de la líder opositora Rose Lokissim, perfilada a través del testimonio de víctimas supervivientes de la represión dictatorial, es el hilo conductor de un documental de 30 minutos de duración que recorre los horrores de una de las dictaduras africanas más sanguinarias.

A puertas del juicio

El trabajo ha visto la luz en un momento, para nada, gratuito. «Responde a la intención de concienciar a la opinión pública antes del juicio al dictador, previsto para el próximo 20 de julio en Senegal», explica la directora, Isabel Coixet. La presentación, ayer en Madrid, evidenció nuevamente para la directora lo mismo que ella misma sintió al conocer la historia de Rose. «Yo y la gente de mi alrededor teníamos un profundo desconocimiento de lo que había ocurrido en Chad así como de la brutalidad de una dictadura que ha pasado desapercibido», añade la directora que, a renglón seguido, hace hincapié en la trascendencia de un juicio que tiene puntos para ser considerado histórico. De celebrarse tal y como está previsto, se tratará del primer juicio a un dictador africano acusado de crímenes contra la humanidad juzgado por un tribunal designado por la Unión Africana.

«Me interesa el punto de vista de las víctimas más que la del tirano», explica el abogado de Human Right Watch, encargado de desmenuzar todos los documentos atesorados por el aparato represor y que Habré no tuvo tiempo de destruir antes de partir deprisa y corriendo, tras su caída, a Senegal. Un legado documental recogido en el informe como La Llanura de la Muerte de Human Right Watch, en alusión al nombre del enclave donde se encontraba el centro de detención.

«A diferencia de los juicios por crímenes contra la humanidad que se celebran en La Haya, en este caso son las víctimas las que se convierten en arquitectos de la justicia», destaca el activista pro-derechos humanos. Al hablar con los supervivientes de las torturas -el régimen se arrogó acumular más de 13.000 torturados y 40.000 muertos-, siempre salía a menudo a colación la figura de Rose Lokissim, una opositora a la que el régimen describió de forma concisa. «No es una mujer corriente», escribía el director de la prisión que añadía: «Es irrecuperable».

Entre 60 hombres

De que no era una mujer corriente no cabe duda, especialmente al ver el documental y escuchar, de boca de otras víctimas con la suerte de haber mantenido la vida, testimonios que rozan el heroísmo. Encerrada ocho meses en una celda con 60 hombres -solo ella fémina-, jamás se lamentó y solo la viern llorar cuando un bebé nacido en prisión perdió la vida al no poder superar las condiciones infrahumanas en las que vivían.

«Le tuvimos que rascar la mugre con un cuchillo», relata una compañera de cautiverio en el documental para dar cuenta de cómo salió Rose tras los ocho meses compartidos con presos hombres. Es pronto para saber si la Historia, como ella deseaba, le hará un hueco. De momento, el cine de Coixet recupera su lucha.