INFORME DEL COMITÉ PARA PROTEGER A LOS PERIODISTAS

Caricaturistas bajo amenaza

Los asesinatos de Charlie Hebdo han vuelto a dar relieve a la persecución y riesgos que afrontan los humoristas gráficos alrededor del mundo

Imagen del ejemplar de Charlie Hebdo vendido el 14 de enero tras los ataques a su sede en París.

Imagen del ejemplar de Charlie Hebdo vendido el 14 de enero tras los ataques a su sede en París. / LC SBH**NY**

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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El 7 de enero dos sujetos entraron en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo en París asesinaron a 12 personas, ocho de ellas periodistas y caricaturistas, por hacer retratos humorísticos de Mahoma. Ahora el Comité para Proteger a los Periodistas (CPJ, en inglés) ha elaborado un informe sobre los riesgos que afrontan estos profesionales.

El documento repasa la persecución que sufren los humoristas gráficos alrededor del mundo en todo tipo de países. En Malasia, por ejemplo, el caricaturista Zunar se enfrenta a 43 años de prisión por haber criticado al presidente del Gobierno y haberle dibujado secuestrando al poder judicial. En Mumbai, Aseem Trivedi se enfrenta a la cadena perpetua por tan sólo hacer dibujos sobre la corrupción política en la India.

“Lamentablemente el mundo se está dando cuenta del poder de influencia de los caricaturistas y ha respondido por medio del ejercicio de la violencia y el asesinato”, ha denunciado en el informe el activista y escritor estadounidense Robert Russell.

AUTOCENSURA TRAS CHARLIE HEBDO

El documento también denuncia que tras los ataques de Charlie Hebdo la reacción mundial fue la opuesta a la esperada, con más represión y violencia contra los caricaturistas. Además de las protestas que terminaron en la muerte de unas 200 personas, muchos editores que reprodujeron imágenes satíricas sobre el profeta del Islam “fueron despedidos, arrestados o encarcelados y un puñado de publicaciones fueron suspendidas o cerradas”.

En otros países con más margen para la libertad de expresión, como Estados Unidos, los autores admiten que deben estar abiertos a las quejas en la era de Internet. “Me han llamado anticatólica, antimusulmana y la Goebbels del feminismo”, asegura la caricaturista ganadora del Pulitzer Signe Wilkinson, “pero sencillamente mis lectores no tienen el derecho de dispararme”.

El autor danés de una de esas populares caricaturas, Kurt Westergaard, ya advirtió de la peligrosa respuesta que pueden generar esos ataques: “El miedo no desaparecerá. Habrá algún tipo de autocensura, y de cierto modo ese es el peor tipo de censura”.