Una factura inalcanzable

Los primeros cálculos apuntan a que Nepal necesitará 5.600 millones de euros

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Pocas economías resistirían dos seísmos devastadores en 20 días que afectasen a la cuarta de su población. La nepalí no es una de ellas. Es costumbre que las desgracias naturales caigan sobre los países menos preparados para reponerse de ellas. Está lejos de conseguirlo Haití cinco años después del seísmo que dejó 300.000 muertos. La economía nepalí ya boqueaba antes de que el suelo temblase. Uno de cada cuatro nepalís eran pobres, la renta per cápita no llegaba a los mil dólares y los cortes de electricidad eran cotidianos.

La agricultura emplea al 70 % de la población y solo aporta la tercera parte del Producto Interior Bruto (PIB), mientras el sector industrial está dedicado a la manipulación de los productos agrícolas. Una cuarta parte de su PIB proviene de las remesas que envían los dos millones de nepalís en el exilio.

Turismo arruinado

El país del Himalaya, con seis de los diez picos más altos del mundo, ha confiado en los últimos años en el turismo. Un millón de nepalís vive de un sector al que se le presentan tiempos duros, y no solo por las comprensibles cancelaciones a corto plazo. Tres de los siete monumentos considerados como patrimonio de la Humanidad en Katmandú y su valle han sufrido graves daños que en algún caso se traduce en la reducción a cascotes. Esa zona, que aporta un tercio del PIB nacional ha sido de las más dañadas. En ese contexto no extraña que Nepal ordeñe hasta lo irresponsable el Everest, su imagen de marca, con turistas que pagan fortunas por el permiso a escalarlo en aglomeraciones más propias de un centro comercial.

El Banco de Desarrollo Asiático había avisado antes de los destructivos seísmos que Nepal necesitaba invertir cuatro veces más en infraestructuras. Ahora, la factura se dispara. Los primeros cálculos apuntan a 5.600 millones de euros, la quinta parte de su PIB.

El mismo banco ya anunció una partida más de tres millones de euros para la ayuda inmediata y otros 200 millones solo para la primera fase de reconstrucción. El país confía en la escena internacional para una empresa que le supera y ahí llega el otro problema: un Gobierno paralizado por las divisiones, inútil y corrupto (ocupa el puesto 126 de 157 países en la clasificación del Transparencia Internacional).

«A pesar de la ayuda internacional, la recuperación aún depende de las estructuras de Gobierno nepalís, que son muy pobres. Es necesario subrayarlo: con un Gobierno ineficaz y la rancia corrupción, la recuperación será desgraciadamente muy larga», señala por email Gauri Khandekar, experta en la zona del think tank Fride.