La Asamblea Nacional aprueba la controvertida ley de información

Francia dará carta blanca a sus servicios de espionaje

Las asociaciones de defensa de derechos 'on line' denuncian un proyecto "liberticida"

EVA CANTÓN

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Sin sorpresas, la Asamblea Nacional francesa ha aprobado este martes por amplia mayoría (438 votos a favor, 86 en contra y 42 abstenciones) el controvertido proyecto de ley de información defendido por el Gobierno para reforzar su arsenal antiterrorista. 

En esencia, supone dar carta blanca a los servicios secretos para espiar los movimientos de cualquier sospechoso de terrorismo. Así, se podrán pinchar teléfonos y correos electrónicos sin contar con una autorización judicial previa. 

La ley, que sigue ahora su trámite parlamentario en el Senado, ha levantado ampollas en las asociaciones de defensa de los derechos en la red. Para intentar calmar los ánimos, el presidente francés, François Hollande, se ha comprometido a someter el texto al visto bueno del Consejo Constitucional.

Las nuevas medidas pretenden dar cobertura legal a prácticas ya existentes que hasta ahora colocaban a los policías en el filo de la navaja. Eso significa que podrán vigilar a potenciales terroristas con una simple autorización administrativa, es decir, sin pasar por la casilla judicial. 

Se podrán interceptar agendas de teléfono, SMS, correos electrónicos y conversaciones telefónicas, además de grabar en tiempo real lo que un sujeto sometido a vigilancia teclee en su ordenador. Y permitirá, igualmente, el uso de aparatos de espionaje capaces de “aspirar” todos los datos que transiten por la red GSM en las proximidades del sospechoso. 

También, y bajo determinadas condiciones, los servicios secretos estarán facultados para colocar micros o sistemas de alerta en coches, lugares privados o sistemas automatizados de tratamiento de datos. 

El refuerzo del poder de los agentes tendrá también consecuencias para los operadores de telefonía, que deberán conservar cinco años (hasta ahora era un) los datos que circulan por sus redes. 

En el caso de Google, Twitter o Facebook, tendrán que poner en conocimiento de los servicios secretos comportamientos sospechosos, por ejemplo cuando se produzcan conexiones reiteradas a páginas yihadistas vigiladas.

Todas estas disposiciones han puesto en pie de guerra a las asociaciones de defensa de las libertades ‘on line’ que, como ‘La Quadrature du Net’ denuncian una “desastrosa deriva del Gobierno sobre la vigilancia” y hablan claramente de proyecto “liberticida”.