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Un copiloto se encerró en la cabina y estrelló un avión en el 2013

Un primer oficial de EgyptAir precipitó al mar un Boening en 1999 pese a que el capitán pudo entrar

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No sería la primera vez  que un piloto decide suicidarse llevándose al resto de la tripulación y a los pasajeros por delante. Si se confirmase esta hipótesis, los hechos serían prácticamente calcados al del vuelo 470 de LAM (Líneas Aéras de Mozambique) que a finales del 2013 se estrelló en  el Parque Nacional de Bwabwata, al norte de Namibia, con 33 personas a bordo. Las primeras investigaciones  apuntaron hacia el mal tiempo, pero en las grabaciones de cabina pudo oírse como alguien aporreaba repetidamente la puerta de cabina y gritaba que le dejaran entrar.

El grabador de datos reveló que en un determinado momento el primer oficial dejó los mandos, el mismo momento en que se escuchaba la puerta abrirse y cerrarse, con lo que se dedujo que salió para ir al baño. Cuando regresó ya no pudo entrar. Desde el 11-S las puertas de las cabinas no pueden abrirse desde fuera bajo ninguna circunstancia para evitar que, como ocurrió entonces, los secuestradores puedan tomar el mando del avión y estrellarlo contra objetivos terroristas.

Al investigar al copiloto se descubrió que un año antes había sufrido un conflictivo proceso de divorcio durante el cual se suicidó uno de sus tres hijos. A raíz de ello sufrió varias crisis depresivas pese a lo cual, la compañía le permitió seguir volando.

"SOLO DEPENDO DE DIOS"

También fue producto de un suicidio la caída al Atlántico en 1999 de un Boeing 747 de la compañía EgyptAir con 217 personas a bordo. El copiloto, Adel Anwar, de 36 años, hizo caer el aparato en picado, casi a la velocidad del sonido, dos horas después de partir de Nueva York. “Solo dependo de Dios” se le oyó musitar antes de iniciar la caída y luego invocó a Alá varias veces. En este caso aprovechó que el capitán se había ido a descansar pero no pudo evitar que entrara en la cabina cuando percibió la maniobra. Le preguntó qué pasaba y ni siquiera le respondió.

El suceso ocurrió el 31 de octubre de 1999, antes del 11 de septiembre de 2001, así que la puerta de la cabina aún no estaba blindada. Pero tampoco esto sirvió de mucho. El capitán tomó sus mandos para remontar el vuelo mientras el copiloto insistía en la maniobra suicida y conseguía su objetivo. El copiloto había sido objeto de represalias por la compañía debido a un comportamiento sexual irregular pero no se detectó que perteneciera a ninguna organización fundamentalista.