PERFIL

Un liderazgo indestructible

BINYAMIN NETANYAHU / El jefe del Gobierno israelí ha demostrado una gran habilidad para sortear problemas

ANA ALBA / JERUSALE'N

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En Israel, casi nadie nombra a Binyamin Netanyahu por su apellido o su nombre de pila. Para los israelís es Bibi, jefe del Gobierno israelí desde el 2009 y entre 1996 y 1999. Nacido en Tel Aviv en 1949, pero criado entre Jerusalén y EEUU, Netanyahu es hijo del académico Benzion Netanyahu, famoso historiador revisionista de quien heredó un espíritu casi mesiánico para defender a Israel.

Bibi pasó cinco años en el Ejército como capitán en una unidad de élite, participó en una redada en el aeropuerto de Beirut en 1968 y luchó en la guerra de 1973 contra los árabes. Después volvió a EEUU, donde se licenció en Arquitectura y estudió Empresariales y Ciencias Políticas. La muerte de su hermano Yonatan, en 1976, cuando dirigía una operación para rescatar a los rehenes de un avión secuestrado en Uganda, le marcó mucho.

En 1982 empezó como subjefe de misión en Washington y entre 1984 y 1988 fue representante de Israel en la ONU. Orador impecable y elocuente, comenzó su carrera política en Israel como diputado de la Kneset por el Likud y pasó a presidir el partido en 1992. Dos años después se erigió en el primer ministro más joven (45 años).

Derrotado en 1999 por el laborista Ehud Barak, en el 2001 regresó al Gobierno -liderado por Ariel Sharon- como ministro de Exteriores y luego de Finanzas, pero en el 2005 dimitió por la retirada israelí de Gaza. Su oportunidad llegó de nuevo cuando Sharon dejó el Likud para crear el partido centrista Kadima y Bibi pasó a encabezar el Likud y volvió a ser primer ministro en marzo del 2009.

Unos meses después de su llegada al poder, se comprometió con la creación de un Estado palestino, aunque ahora ha revocado su compromiso, hecho que no gusta ni a sus aliados norteamericanos ni a Europa. Pero Netanyahu actúa por libre y no escucha ni a Barack Obama, con quien mantiene unas relaciones muy tensas.

En sus seis años de Gobierno ha lanzado dos ofensivas en Gaza, la última, el verano pasado, con 2.200 muertos palestinos. Durante la guerra, su popularidad subió como la espuma, pero luego fue cayendo. Muchos le reprocharon no haber acabado con Hamás o haberse metido en una operación complicada que costó la vida a 66 soldados israelís en combate.

Casado tres veces y padre de tres hijos, su esposa actual, Sara, es uno de los personajes más criticados de Israel, pero esto no parece perjudicar la imagen de Bibi, un líder indiscutible con gran habilidad para articular alianzas sorprendentes y salir airoso de problemas.