DETENIDO EN NUEVA ORLEANS

"Los maté a todos, por supuesto"

El millonario Robert Durst, protagonista de un documental de la HBO sobre su vida, confiesa sus crímenes al no percatarse de que había un micro abierto

Robert Durst, en diciembre del 2014, cuando compareció ante la justicia de Nueva York por traspasar una propiedad privada.

Robert Durst, en diciembre del 2014, cuando compareció ante la justicia de Nueva York por traspasar una propiedad privada. / MS/XG/BMA

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Robert Durst, el millonario de Nueva York protagonista de 'The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst', la serie documental de la cadena HBO sobre varios casos sin resolver, ha confesado en el último episodio del programa, emitido este domingo en EEUU, ser el culpable de esos crímenes. Pero lo ha hecho inconscientemente, sin saber que lo estaban escuchando. "¿Qué demonios hice? Los maté a todos, por supuesto", se escucha decir a Durst en un momento del rodaje en el que cree estar solo, pero que fue registrado por un micrófono aún abierto tras una entrevista.

A lo largo de su vida, Durst, de 71 años, burló a la justicia en tres ocasiones pero la sospecha siempre le persiguió. La policía le investigó en 1982 por la desaparición de su mujer, en el 2000 por la muerte de su amiga Susan Berman y en el 2003 fue declarado inocente del homicidio de un vecino al considerar el jurado que actuó en defensa propia a pesar de que después descuartizó el cadáver.

La confesión se produjo en el lavabo después de una entrevista que le hicieron los productores del programa. Durst pidió usar el servicio y olvidó quitarse el micrófono inalámbrico antes de empezar a susurrar para sí mismo. Los periodistas le acababan de exponer las similitudes entre su escritura y la de una nota anónima que alertó a las autoridades del asesinato de Susan Berman. "¡Qué desastre! Ahí está, te han cogido", dice Durst en voz alta para sí mismo.

10 AÑOS DE INVESTIGACIÓN

El sospechoso fue detenido a última hora del sábado en Nueva Orleans, pocas horas antes de la emisión del último capítulo de 'The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst', la serie documental producida por HBO sobre su vida. Según 'The New York Times', a raíz de la emisión del programa, la Fiscalía de Los Ángeles decidió reabrir el caso sobre el asesinato de Berman, una amiga íntima de Durst, cuyo caso nunca se resolvió.

El documental es fruto de los 10 años que han dedicado los productores de la serie, que fueron contactados por el propio Durst antes de empezar a rodar, a investigar las dudas que rodean al hombre. En su trabajo de búsqueda se hicieron incluso con una carta remitida por el sospechoso a Berman en la que se aprecian grandes similitudes con la nota anónima que recibió la policía tras la muerte de esta. Incluso se repite en las dos el mismo error, al escribir 'Beverley Hills' en lugar del correcto 'Beverly Hills'.

Según 'The New York Times', pasaron más dos años antes de que los responsables del documental encontrasen el audio que había quedado registrado por accidente. "Estos dos productores hicieron lo que las autoridades de tres estados no lograron en 30 años", ha subrayado Jeanine F. Pirro, la exfiscal cuya oficina investigó durante seis años la desaparición de la mujer de Durst.

La rocambolesca historia, sin embargo, podría tener dificultades para cerrarse en los tribunales, pues según varios expertos consultados por el 'Times' no está claro si la grabación podría utilizarse al haber sido obtenida cuando Durst pensaba que se encontraba en un ámbito privado.

"ASESINO A SANGRE FRÍA"

Tras su arresto en Nueva Orleans, se espera que Durst sea trasladado a Los Ángeles, donde le reclama la justicia. En el 2003, ya se libró de la cárcel después de que un jurado de Texas considerase que actuó en defensa propia cuando mató a Morris Black, un vecino que vivía al otro lado del pasillo de un edificio de apartamentos. Según la versión oficial, Morris falleció cuando los dos hombres forcejeaban por una pistola que se disparó por accidente. A continuación, Durst descuartizó el cadáver y arrojó los restos a la bahía de Galveston (Texas), algo que justificó en su temor de que las autoridades no creyeran que el disparo había sido fortuito.

El jurado aceptó la versión de la defensa propia, frente a la teoría de los fiscales de que el acusado había cometido un asesinato para apropiarse de la identidad de la víctima. Durst, acosado por los investigadores desde hacía años, vivía en Galveston desde el 2000 haciéndose pasar por una mujer muda, y los fiscales afirmaron durante el proceso que se trata de "un asesino a sangre fría".

El excéntrico millonario es uno de los herederos de una próspera familia neoyorquina que se enriqueció con el negocio inmobiliario, aunque en 1994 su padre eligió a su hermano menor Douglas para hacerse cargo de la empresa familiar.