El Gobierno activa la alerta máxima en París

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MARC MARGINEDAS

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Vehículos policiales atravesando el casco urbano a toda velocidad y con las sirenas ululando, malcarados miembros de las fuerzas de seguridad, con el arma en ristre, dando instrucciones a los conductores, en tono de orden y sin apelación posible, para dar un rodeo y sortear el cordón policial, una amplia sección del centro capitalino cerrado al tráfico y tomado por vehículos de los servicios de emergencias y las unidades móviles de las cadenas de televisión. Ayer, primer día de rebajas tras las vacaciones navideñas, una atmósfera de extrema tensión y nerviosismo que en ocasiones orillaba la psicosis se apoderó del centro de París, de sus bulevares y de sus principales establecimientos comerciales, mientras los parisinos se aprestaban a rendir homenaje hoy a los fallecidos en el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, en una jornada de luto decretada ayer por el presidente François Hollande para homenajear  a las víctimas del atentado.

El jefe del Estado francés se personó en el lugar de los hechos horas después del tiroteo, e invitó a los franceses a «unirse» para hacer frente a lo que describió como «un acto de barbarie». «Se han tomado medidas para hallar a los responsables; serán buscados durante todo el tiempo que sea necesario y llevados ante la justicia», prometió el mandatario, quien convocó a todos los ciudadanos a detener sus actividades a mediodía de hoy para recordar a los 12 fallecidos y a la decena de heridos consecuencia del tiroteo, cuatro de ellos en estado grave. «Ellos son nuestros héroes», subrayó Hollande, antes de advertir que el objetivo de los atacantes no eran solamente la publicación satírica y quienes en ella trabajaban, sino también «toda la república entera». «La libertad de expresión, la república, la cultura, la creación, el pluralismo, la democracia; es todo esto lo que ha sido atacado», clarificó el jefe del Estado francés. «Nuestra mejor arma es la unidad, nada nos puede dividir, nada nos debe separar», conminó el dirigente en una corta alocución al país difundida por televisión.

Nuevo objetivo

La posibilidad de que los atacantes, que lograron darse a la fuga, repitan la acción terrorista de ayer contra un nuevo objetivo simbólico quita en estos momentos el sueño a los principales dirigentes gubernamentales de Francia. Rocco Contento, dirigente sindical de la policía, admitió públicamente que las medidas de seguridad en aeropuertos, estaciones y centros comerciales habían sido reforzadas en previsión de nuevos ataques terroristas, extremo que confirmó el propio ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

El plan antiterrorista Vigipirate, una serie de medidas de emergencia para reforzar la seguridad pública y que el Gobierno activa cuando cree inminente un atentado, fue elevado ayer al nivel de «alerta máxima» en toda la región parisina. Dependientes y personal que trabaja en los centros comerciales están siendo adiestrados por sus superiores para reforzar la vigilancia y responder de forma adecuada en el caso de un nuevo ataque terrorista. La afluencia de público fue significativamente menor que en el primer día de rebajas del pasado año.