REFORMA TERRITORIAL EN TIEMPO RÉCORD

Francia cambia de mapa

Hollande logra el visto bueno del Parlamento para reducir de 22 a 13 el número de regiones a partir del 2016 Ahora se abre en el Senado la discusión sobre el reparto competencial

EVA CANTÓN

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Con el visto bueno definitivo de la Asamblea Nacional al nuevo mapa francésFrançois Hollande logró ayer cerrar un importante capítulo del catálogo de reformas previstas durante su quinquenio. A partir del 1 de enero del 2016, cambiará el contorno regional del Hexágono, que dejará en 13 las 22 regiones actuales con el objetivo de dar una dimensión europea a los entes territoriales para hacerlos más competitivos y ahorrar costes. Serán, en palabras del secretario de Estado encargado de la reforma, André Vallini, regiones « más fuertes y con más competencias en materia económica, como las alemanas o italianas ».

Entre otras fusiones, el futuro atlas contempla agrupar en una sola entidad regional Alsacia, Lorena y Champagne-Ardenne, una unión fuertemente contestada por los alsacianos, que han protestado con vehemencia en las calles de Estrasburgo porque temen perder los rasgos de su identidad cultural. También ha generado protestas la fusión de Nord Pas de Calais con Picardía o la de Midi-Pirineos con Languedoc-Roussillon.

El nuevo mapa ha sido asumido sin polémica en el caso de Poitou Charentes,unida ahora con Limousin y Aquitania y en el de Borgoña y Franche Comté, que formarán una única entidad con Ródano Alpes Auvernia. Mientras, las dos Normandías (alta y baja) han acogido su fusión con entusiasmo.

Superado en un tiempo récord de seis meses el trámite parlamentario del nuevo esquema administrativo, algo que al otro lado de los Pirineos hubiera generado como poco un debate tormentoso, el Gobierno francés tiene ahora por delante una tarea no menor del proceso descentralizador: el nuevo reparto competencial, enmarcado en el proyecto de ley bautizado como Notre (Nueva organización territorial de la República).

La batalla puede ser ardua si las regiones contestatarias aprovechan para pedir compensaciones. Además, el peso de la discusión lo llevará el Senado, que desde septiembre está en manos de la derecha y amenaza con añadir algún obstáculo a los planes gubernamentales.

Otra consecuencia política de la reforma es la creación de nuevas circunscripciones electorales, con lo que el Partido Socialista se expone al riesgo de vivir una nueva debacle en los comicios regionales previstos para diciembre del 2015.

A ello se añade un asunto de máxima sensibilidad aun por cerrar, como es la lista de las nuevas capitales de región que el Gobierno deberá fijar por decreto en un Consejo de Ministros antes de julio del 2016 a excepción de Estrasburgo que ya tiene garantizado su estatus de capital de la nueva región para calmar la ira de los parlamentarios alsacianos, abiertamente enfrentados al Ejecutivo por el «matrimonio forzoso» con las regiones vecinas.

El propio ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, dejó claro ayer que Estrasburgo tendrá «el estatus que merece atendiendo a su papel de capital europea» al recordar que la villa alsaciana es un símbolo de reconciliación tras los horrores de la guerra mundial.

Motor de desarrollo

La apuesta del Ejecutivo con la nueva arquitectura territorial es dotar a las regiones de mayor capacidad para cooperar con sus homólogas europeas y hacerlas más atractivas para universidades y empresas.

Quiere reforzar también el peso demográfico de manera que las mancomunidades cuenten con al menos 20.000 habitantes en enero del 2017 con el objetivo de rentabilizar los servicios públicos y ahorrar costes. a reforma plantea transferir a las regiones la gestión de los colegios, el transporte escolar, las carreteras y puertos que ahora están en manos de los departamentos, de manera que las primeras se centrarán en promover el desarrollo económico y los segundos en garantizar la solidaridad y la cohesión territorial.

El Elíseo se apoya en los sondeos que sugieren una opinión favorable de la opinión pública hacia el nuevo mapa territorial (más de la mitad se declaraban satisfechos en noviembre) para minimizar las resistencias mostradas por los diputados incluso en las filas del partido gubernamental.

La propia Martine Aubry, alcaldea de Lille y exsecretaria del Partido Socialista, se declaró hostil a la fusión de Nord Pas de Calais y Picardía a pesar de que el 63 % de los locales la ven con buenos ojos. «Los franceses apoyan la reforma porque la encuentran sensata», se felicitan en el Elíseo.