PROTESTA EN ASIA

El activista precoz

Joshua Wong lidera la revuelta estudiantil en Hong Kong con solo 17 años

Joshua Wong

Joshua Wong / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / HONG KONG

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«Ese crío feúcho está llevando Hong Kong hacia la perdición», gritaba un contrario a las protestas en la concentración de Mong Kok. Lo segundo es discutible. Enclenque, bajito, con peinado cepillo y gafas gruesas, no llamaría la atención en su instituto, pero decenas de miles de estudiantes y los medios de comunicación globales callan cuando habla. El líder de las protestas tiene 17 años. No puede conducir ni votar y ya ha colocado contra la pared a Pekín.

Wong encarna la brecha generacional. Sus padres carecen de pedigrí activista pero él no es un advenedizo en la escena política. Tenía 13 años cuando protestó contra la construcción de un tren de alta velocidad entre la excolonia y el interior. Dos después lideraba a los 100.000 jóvenes que derribaron una campaña de «educación patriótica» que olía a lavado de cerebro. Leung Chung-ying, el orgulloso jefe el Ejecutivo de la excolonia, ya sabe lo que es perder contra el barbilampiño.

La detención

La detención de Wong y otros jóvenes la semana pasada elevó la protesta a las dimensiones actuales. Permaneció 40 horas en dependencias policiales hasta que un juez lo soltó reprendiendo a los agentes y regresó a la lucha tras un breve descanso.

Los medios nacionales le han tachado de «extremista» y un diario hongkonés prochino ha acusado a EEUU de entrenarle como «estrella política». Wong sostiene que tiene el teléfono intervenido y que ha sido seguido.

Gestiona su celebridad como una carga. No hay otro estudiante que haya tenido que explicar sus notas de acceso para la universidad en rueda de prensa. «Si un movimiento de masas depende del culto a una persona, tendremos un problema serio», dijo en una cita parecida a la de Deng Xiaoping, arquitecto de la China moderna. También ha recurrido a la película 'V de Vendetta': «El pueblo no debería estar asustada de su Gobierno. El Gobierno debería estar asustado del pueblo».