El Estado Islámico rompe Al Qaeda

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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no hay gallinero que sobreviva a dos gallos. Ni siquiera cuando hablamos de yihadismo. La irrupción del Estado Islámico (EI) y de su califato creado entre Siria e Irak está provocando importantes rupturas en los grupos afiliados a Al Qaeda, que hasta ahora lideraba la yihad global y que ahora se ha visto desbancada por este nuevo grupo. Por todo el mundo, formaciones que seguían a Al Qaeda la abandonan y pasan a jurar lealtad al EI. Y en las que siguen fieles a la organización que fundó Osama bin Laden se producen divisiones por parte de miembros que quieren seguir la bandera del nuevo califa. Consideran que este ofrece logros concretos -el califato- en lugar de un proyecto de clandestinidad como el de Al Qaeda.

Prueba de esa división es que la propia Al Qaeda ha tenido que llamar a la unidad de los yihadistas ante la ofensiva de una coalición liderada por EEUU en Irak y Siria contra el Estado Islámico. Así, el lunes, Al Qaeda en el Magreb y Al Qaeda en la Península Arábiga emitieron un comunicado pidiendo a los yihadistas que «dejen de luchar entre ellos».

MAGREB / La ruptura más importante es la de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que ha sufrido la escisión de un grupo que ha decidido colocarse bajo la estela del EI. La formación anunció su fundación el domingo y se ha bautizado como Los Soldados del Califato en Argelia. Toda una declaración de intenciones. En el comunicado le dicen a Al Baghdadi: «Tienes en el Magreb Islámico hombres a los que, si les ordenas, te obedecen».

Las disensiones se iniciaron en julio cuando el EI reclamó a AQMI que jurara lealtad al califato. El líder de AQMI, Abdelmalek Drukdel, rechazó la petición y reiteró su fidelidad a Aymán Zauahiri, sucesor de Osama bin Laden al frente de Al Qaeda. «Nuestra bay'a (juramento de lealtad) está basada en la sharia, y no hemos visto nada que pueda incitarnos a revocarla», dijo el líder de AQMI. Uno de los motivos es el enfado de Drukdel por el hecho de que muchos nuevos reclutas se unían al EI para ir a combatir a Irak o Siria, en vez de contra la presencia francesa en el norte de Mali. Sin embargo, en el Consejo Consultivo de ese grupo terrorista esa no era la opinión unánime. Veteranos yihadistas expresaron su apoyo al nuevo califato. Uno de ellos, Abú Abdalá Ozmán al Acimi, llegó a manifestar su apoyo en los foros yihadistas: «Aunque estéis lejos de nuestros ojos, estáis cerca de nosotros en la religión y la fe. Tras el silencio de los emires de Al Qaeda hemos deseado expresar nuestra posición: que los muyahidines del EI sepan que les sostenemos».

LEALTAD / Esta no es la primera escisión de AQMI que jura lealtad al califato. Antes, Mojtar Belmojtar, el jefe yihadista que comanda en la zona del Sáhara, y que lidra el grupo Los Que Firman con la Sangre, ya se había puesto bajo el paragüas del EI.

Esta formación ha conseguido que la sigan otros grupos en países del Magreb. Así, Ansar Assharia (Los Seguidores de la Sharia) en Túnez y en Libia han expresado su lealtad a Baghdadi. Libia, que vive sumida en el caos, es el escenario en que más preocupa la irrupción del EI. Así, la bay'a de Ansar Assharia al EI les ha permitido recibir refuerzos desde Oriente Próximo. Prueba de ello es la llegada desde Siria de un grupo de yihadistas libios que forman la conocida como brigada Al Battar, que han aumentado la potencia de fuego del grupo yihadista libio.

Expertos en seguridad en el Magreb como Jamal Laribi advierten de que el flujo de retorno a Libia de combatientes magrebís que han pasado por Irak y Siria «es muy destacable». En una reunión en la ciudad libia de Derna entre un líder yihadista tunecino y retornados de Siria se planteó crear el Estado Islámico del Magreb Islámico (ISIM).

EXPANSIÓN EN EL 'JURASÁN' / También le ha jurado lealtad a Baghdadi Boko Haram, el grupo terrorista nigeriano que ha declarado su propio califato en el noreste de Nigeria, o varios grupos yihadistas paquistanís. De hecho, la primera organización terrorista situada fuera de Oriente Próximo en jurar lealtad a Baghdadi fue Tehrik e Jilafat (Movimiento para el califato), un grupo que forma parte de los talibanes pakistanís. En un comunicado, el movimiento hizo saber: «Rezamos para que Alá nos permita ver la expansión del Estado Islámico a través del subcontinente y del Jurasán (nombre islámico de Afganistán)».