La guerra contra el terrorismo

Obama logra sumar respaldos para su estrategia incierta

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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El escenario bélico en el que Barack Obama entró el miércoles al declarar la guerra al Estado Islámico (EI) en Irak y Siria está lleno de páginas por escribir y de incertidumbres. No hay calendario y Estados Unidos, 13 años después de los atentados del 11-S y de las dos guerras declaradas a continuación en Afganistán y en Irak, se encuentra sumergiéndose sine die en otra campaña militar.

No hay garantías de que la genérica y complicada meta marcada -«destruir al EI»- se pueda alcanzar. Se desconocen las consecuencias que puede tener tanto a nivel regional como internacional una «exhaustiva y prolongada» campaña que, como reconoció Obama, «llevará mucho tiempo».

Pese a todo el presidente estadounidense ha empezado a sumar apoyos. Ayer empezó a cobrar forma la «amplia coalición» de la que habló en su discurso del miércoles, una en la que coloca a EEUU en un papel de liderazgo, algo que rehusó, por ejemplo, en Libia. Obama sigue huyendo de la actuación en solitario y el miércoles, en su discurso solemne en prime time desde el despacho oval, dijo: «EEUU no puede ocupar el papel de los socios árabes en la estabilización de la región».

En Yeddah, ayer, su secretario de Estado, John Kerry, logró que Arabia Saudí, Egipto, Turquía, Líbano, Jordania, Irak , Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait, Bahréin y Omán  firmaran un comunicado en el que se comprometen a «hacer su parte en la exhaustiva lucha contra el EI».

CAMPAÑA COORDINADA / Los países árabes y Turquía incluyeron  entre sus compromisos «detener el flujo de combatientes extranjeros a través de países vecinos, evitar la financiación del Estado Islámico y repudiar su ideología de odio». Prometieron, asimismo, «unirse a los muchos aspectos de una campaña militar coordinada», y aunque dejaron la puerta abierta a las variaciones posteriores, el respaldo a la estrategia está claro.

Arabia Saudí, por ejemplo, anunció también que permitirá por primera vez que entrenen en su territorio los rebeldes sirios moderados, a los que la monarquía suní ha estado financiando y armando, hasta ahora más para intentar ayudar a derrocar al presidente de Siria, Bashar el Asad,  que para combatir al EI.

BOTAS SOBRE EL TERRENO / Hay compromisos pero también reticencias. Según revelaron fuentes diplomáticas a The Wall Street Journal, Kerry tanteó a los países sobre su disposición a aportar tropas al combate sobre el terreno, algo de lo que no hay mención alguna en el comunicado de Yeddah, y como explicó al diario un senador jordano: «Tener botas sobre el terreno es una bandera roja para muchos países».

Sin ese apoyo físico y humano a los rebeldes en Siria y en Irak, no obstante, hay dudas sobre cómo se podrán hacer verdaderamente efectivos los ataques que se lancen desde el aire. Y si algo ha dejado claro Obama es que los soldados estadounidenses en ningún caso van a desplegarse. Ya antes había hablado de ese potencial despliegue del Pentágono como un «profundo error». El miércoles insistió, para tranquilizar a los estadounidenses, de que la guerra que empieza «será algo distinto a las e Irak y Afganistán».

EUROPA Y RUSIA / Obama también renovó el apoyo de aliados como el Reino Unido, que no descarta sumarse a la campaña de bombardeos desde el aire, pero topó con el rechazo de Rusia y el distanciamiento de Alemania. Aunque Berlín ha decidido dar armas a los kurdos en Irak, el ministro de Exteriores germano, Fank-Walter Steinmeier, aseguró respecto a los ataques aéreos: «Ni se nos ha pedido ni los haríamos».

Steinmeier prefiere optar por la búsqueda de  una estrategia política en Naciones Unidas, donde la semana que viene la lucha contra el EI va a cobrar un papel destacado. El propio Obama anunció el miércoles que presidirá una reunión del Consejo de Seguridad para buscar apoyo internacional a su nueva misión. Y no puede descartarse que vaya a negociarse algún tipo de resolución. Sin ella Washington pude seguir contando con el rechazo de Moscú.

«Si no se produce una decisión de la ONU sobre los ataques aéreos a fuerzas islamistas dentro de Siria será un acto de agresión, una violación de las normas de derecho internacional», denunció un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, el principal aliado de Bashar el-Asad.

Las cuestiones de legalidad de la nueva campaña militar de Obama van más allá de las dudas de Rusia. Ayer The Washington Post, usando fuentes militares, informó de que Obama ha autorizado por primera vez al Pentágono a acometer asesinatos selectivos de líderes yihadistas en Siria e Irak, empezando por el autoproclamado líder, Abu Bakr al-Bagdadi. La guerra de Barack Obama, no convencional pero guerra, ha empezado.