El Papa afirma en Seúl que «el mundo está cansado de guerras»

Pionyang lanza al mar tres misiles y Francisco llama a la reconciliación coreana

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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El papa Francisco pidió ayer a los gobiernos de ambas Coreas que abandonen sus políticas de confrontación «inútiles» y habló de un «mundo cansado de guerras». El discurso llegó a una audiencia receptiva, con varias generaciones que sólo han conocido el estado de guerra. El armisticio que puso fin al conflicto armado en 1953 nunca ha sido traducido en un tratado de paz y la península persiste como un fósil de la guerra fría, alternando raras distensiones con periodos de susceptibilidad extrema.

El conflicto coreano centró el discurso del Papa en su primera visita a Asia en 25 años y una de las misiones diplomáticas más complicadas que afrontará. Pionyang contestó al Pontífice con el lanzamiento de cinco misiles. El religioso, en su primer discurso en inglés desde que accedió al cargo, pidió que el diálogo y la comprensión sustituyan a «las recriminaciones mutuas, las críticas inútiles y las muestras de fuerza».

GRAN CICATRIZ /«La búsqueda de la paz en Corea es una causa muy cercana a nuestros corazones porque afecta a la estabilidad de toda la zona. Dediquemos estos días a la paz, rezando por ella y profundizando en nuestra voluntad de conseguirla», dijo tras reunirse con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye. Park mostró su esperanza de que la visita papal ayude a solucionar las diferencias. «La división supone una gran cicatriz para todos los coreanos», añadió.

El papa Francisco llega a Seúl para su visita de cinco días en un contexto regional complicado, con las anuales maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos que enojan sin remedio a Pyongyang.

Corea del Norte lanzó ayer cinco misiles de corto alcance, según el Ministerio de Defensa surcoreano, que se suman a los disparados en las semanas previas. Los tres primeros fueron lanzados pocos minutos antes  de que aterrizara el Papa en Seúl, mientras los dos últimos disparos se realizaron ya con el religioso en tierra. Los proyectiles, de un alcance de unos 220 kilómetros, cayeron en el mar.

Es habitual que Corea del Norte busque su cuota de protagonismo con lanzamientos de misiles cada vez que una alta personalidad visita Corea del Sur. Pionyang ha rechazado la invitación de la iglesia surcoreana para que los miembros de su asociación católica estatal participasen en la misa del lunes. La razón esgrimida son las maniobras militares. Aunque la Constitución norcoreana reconoce la libertad religiosa, tanto activistas huidos como EEUU han denunciado que cualquier culto que no vaya dirigido a sus líderes está severamente reprimido. La posesión de una Biblia conduce al gulag, según los disidentes.