REMEMORACIÓN DE UN EPISODIO TRÁGICO EN EUROPA

La noche más oscura

Un joven limpia los cristales de una tienda judía, en 1938.

Un joven limpia los cristales de una tienda judía, en 1938.

J. M. FRAU / Berlín

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En Berlín y en otras ciudades de Alemania, unas placas de latón de 10 centímetros recuerdan a las víctimas de la brutal persecución nazi contra el pueblo judío, con el nombre, la fecha de nacimiento y el trágico destino de los deportados y asesinados en campos de concentración. Las placas están en el suelo, frente al lugar donde vivieron las víctimas del nazismo. Ayer, estos pequeños monumentos conmemorativos con los que es fácil tropezar en las calles de Berlín, brillaban con más intensidad de la que es habitual.

Una de las acciones para conmemorar la tristemente famosa 'noche de los cristales rotos' ('Kristallnacht'), de la que se cumplen este fin de semana 75 años, consistió en dejar más claros los nombres, con la fecha y el lugar donde murieron los judíos deportados, mediante una operación de limpieza para dar brillo a las 'Stolpersteine', este es el nombre con el que se conocen las placas. Fue una acción simbólica, muy visible, en la que participaron destacados personajes de la sociedad alemana y supervivientes del holocausto, como la nonagenaria Margot Friedlander, que en 1944 fue deportada a un campo de concentración y hoy es uno de los testigos de aquellos hechos, que explica habitualmente en las escuelas del país. Una de las 'Stolpersteine', con su nombre de soltera, Margot Bendheim, recuerda, en el número 32 de la calle Skalitzer, del barrio berlinés de Kreuzberg donde vivía, que fue enviada en 1944 al campo de concentración de Theresienstadt, y que sobrevivió.

Plan de exterminio

En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, los nazis destruyeron más de 1.200 sinagogas y saquearon miles de negocios de ciudadanos judíos. En la ola de ataques terroristas, el balance oficial de la época habló de 91 judíos muertos, aunque investigaciones posteriores elevan la cifra a más de 1.300. Más de 30.000 fueron enviados a los campos de concentración de Dachau, Sachsenhausen y Buchenwald. Hubo una excusa, aprovechada por el régimen de Hitler para justificar la «indignación del pueblo alemán» contra los judíos: la muerte del diplomático Ernst von Rath en París, a consecuencia de los disparos de Herschel Grünspan, un judío polaco de 17 años.

El ministro de propaganda de Hitler aprovechó la ocasión para justificar el plan de exterminio del pueblo judío. Según consta en el diario de Joseph Goebbels, le expuso la situación al Führer, que inmediatamente decidió tolerar las manifestaciones y los destrozos contra los judíos en todo el país, retirar a la policía de las calles y permitir que las bases nazis se adueñaran de las ciudades con el objetivo de que los judíos sintieran la ira popular por la muerte del diplomático.

El aniversario está siendo recordado en Alemania con diversos actos oficiales y exposiciones. En la página web del Gobierno, la «noche de los cristales rotos» ocupa un lugar destacado. Se habla de aquella jornada como «el preludio de la sistemática persecución y exterminación de los judíos en Europa», y como la representación del período más oscuro de la historia alemana.

El presidente de la República, Joachim Gauck, depositó una corona de flores en un monumento erigido en el lugar donde se encontraba la sinagoga en la localidad de Eberswalde, en Brandenburgo, acompañado por el secretario general del Consejo Central Judío de Alemania, Stephan Kramer. Hoy, domingo, unos 200 rabinos de toda Europa se reunirán en Berlín para recordar a las víctimas de la Kristallnacht.

Zonas no recomendables

Setenta y cinco años después de aquellas trágicas jornadas, el rabino de Berlín Daniel Alter recordó, en una entrevista a la televisión pública alemana, que, según el más reciente informe del Gobierno, el 20% de los alemanes tienen prejuicios antisemitas latentes y que entre el 5% y el 10% se declaran abiertamente antisemitas.

El rabino cree que el antisemitismo está en el centro de la sociedad, no solo entre los sectores de extrema derecha. Alter asegura que en Alemania todavía hay zonas no recomendables para los judíos y que se dan casos de agresiones verbales y de intimidación.

Daniel Alter fue víctima, el año pasado, de una agresión en el barrio berlinés de Friedenau. Fue golpeado en presencia de su hija y los autores de la agresión no fueron detenidos.