pugna en el seno del partido republicano

Los radicales del Tea Party sufren el castigo de las urnas en EEUU

Simpatizantes del Tea Party esperan, el martes, los resultados de los elecciones en Virginia.

Simpatizantes del Tea Party esperan, el martes, los resultados de los elecciones en Virginia.

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Si el Partido Republicano quería respuestas al enconado debate que se libra en su seno sobre el rumbo, la identidad y la estrategia que debería adoptar de cara a las legislativas del 2014 y las presidenciales del 2016, el martes pudo encontrar algunas. Los votantes de tres estados apostaron por el pragmatismo y la voluntad de pacto frente a las rigideces ideológicas encarnadas por los sectores más puristas de la formación. Dos de los candidatos del Tea Party se estrellaron en Virginia y Alabama, mientras el moderado Chris Christie arrasó en Nueva Jersey, demostrando que los conservadores también pueden competir en estados de tradición progresista.

La pelea interna arrecia desde el cierre parcial del Gobierno, provocado por la inflexibilidad de la rama más conservadora del partido, un episodio que ha hundido a los republicanos en las encuestas. El descalabro ha hecho que la comunidad empresarial se esté movilizando para apoyar a los candidatos centristas con la vista puesta en el 2014 o que se constituyan nuevos grupos de acción política como Main Street Advocacy, dispuestos a combatir al Tea Party a golpe de talonario.

TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS / «Esta competición no versa tanto sobre la ideología o la política -no hay diferencias, por ejemplo, respecto al rechazo a la reforma sanitaria del presidente Obama— sino sobre el enfrentamiento entre pureza y pragmatismo, sobre las tácticas y la estrategia», escribía ayer en  The Washington Post Dan Baltz.

Y el martes fue un día aciago para los puristas. El moderado Chris Christie revalidó su cargo de gobernador en Nueva Jersey con 22 puntos de ventaja a su rival demócrata, un golpe de autoridad llamado a lanzar su posible candidatura a las presidenciales. Y no solo lo hizo por su carisma, sino por la voluntad demostrada en los últimos cuatro años para pactar con sus adversarios, que controlan las dos cámaras del Parlamento. Christie obtuvo el 57% del voto femenino, el 51% del hispano y el 21% del negro, sectores de población que tienden a votar mayoritariamente demócrata.

En Virginia, en cambio, el hombre del Tea Party, el ultraconservador Ken Cuccinelli, se quedó a las puertas del cargo de gobernador al perder por dos puntos frente al demócrata Terry McAuliffe, un íntimo amigo de los Clinton y expresidente del partido. Desde el entorno de Cuccinelli, que quiso convertir su campaña en un referendo sobre la reforma sanitaria de Obama, se reprochaba ayer al partido el tibio respaldo que le ofreció durante la campaña.

El Tea Party también sucumbió en las primarias de Alabama para reemplazar a un congresista republicano que se retira. Ganó la apuesta moderada de los empresarios.