El G-20 evidencia la falta de consenso ante un posible ataque contra Siria

Putin y el grueso de la comunidad internacional quieren frenar las intenciones de Obama de liderar una intervención militar

Una mujer pasa por delante de un cartel que anuncia la cumbre del G-20, el miércoles en San Petersburgo.

Una mujer pasa por delante de un cartel que anuncia la cumbre del G-20, el miércoles en San Petersburgo. / rc

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La cumbre del G-20 iniciada en San Petersburgo (Rusia) ha servido para poner en evidencia la falta de consenso ante la posibilidad de una intervención militar internacional contra Siria. Al margen de las típicas estampas de afabilidad estética, la cumbre internacional vuelve a escenificar los conflictos soterrados entre los países desarrollados y los grandes gigantes emergentes.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el grueso de la comunidad internacional representada en el G-20 parece que intenta frenar las intenciones del presidente de EEUU, Barack Obama, de liderar un ataque contra Siria. Rusia, China, Alemania e incluso el Reino Unido se han opuesto abiertamente a la intervención militar. Obama reclama el apoyo político interno en EEUU, pero requiere también un respaldo internacional sólido para no desencadenar un problema mayor que el existente.

Obama cuenta solo con el apoyo de Francia, ayuda apreciable pero quizá insuficiente para afrontar la solución militar frente a la más apoyada vía política para eliminar el problema sirio de la agenda internacional. Además, Putin parece haber visto en Siria un filón para fortalecer su imagen internacional en detrimento de Obama.

Oposición

Rusia y China se oponen categóricamente a una acción militar contra Siria que no cuente con el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU y consideran que el Congreso estadounidense no tiene poder para autorizar un ataque contra Damasco. Putin ha advertido de que cualquier ataque que no cuente con el visto bueno de la ONU solo puede considerarse una agresión, mientras la Cancillería china reiteró este jueves que la guerra no es la solución a la crisis siria.

Obama se propone recabar en San Petersburgo todo el apoyo para una coalición que por el momento solo cuenta con el respaldo de Francia, Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

El G-20 económico

Desde el punto de vista económico parece que se consolida la perspectiva de una cierta recuperación global, pero a ritmos desacompasados y debilidades manifiestas. La amenaza de un crash financiero siempre planea pero las recetas para evitarlo son variadas según la zona del mundo. El grupo denominado de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) gana cada vez más protagonismo ante la vitalidad económica mostrada en los últimos años.

Mientras en la política interna europea y española triunfa la tesis del control del déficit, en el contexto del G-20 gana por goleada la estrategia de fomentar abiertamente el crecimiento económico y la creación de empleo. El objetivo, según la propuesta concreta rusa "se refiere a la necesidad de adoptar medidas para estimular la inversión y prevenir la volatilidad del flujo de capitales". Esa estrategia expansiva es compatible, según la mayoría, con la reducción del endeudamiento y del déficit público, aunque en las recetas para congeniar ambas lineas de política económica tienden a perder credibilidad.