Las sombras de la democracia en Rusia

La justicia rusa envía a prisión al principal rival político de Putin

Alexei Navalny ayer en el tribunal que le sentenció a cinco años de prisión.

Alexei Navalny ayer en el tribunal que le sentenció a cinco años de prisión.

DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ

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El Kremlin se libró ayer de su principal adversario político, el líder opositor Alexei Navalny, en vísperas de las elecciones a alcalde de Moscú, previstas para el próximo septiembre. Un tribunal de la ciudad de Kirov, a 900 kilómetros al este de la capital rusa, condenó a Navalny a permanecer cinco años en campo de internamiento por malversación de fondos en el 2009. Justo después de conocerse el veredicto, que aparta de la escena política a uno de los principales rivales del presidente ruso, Vladimir Putin, se organizaron manifestaciones de protesta en Moscú y San Petersburgo. EEUU y la UE mostraron ayer su preocupación por la sentencia.

«Su culpabilidad está completamente probada. Ninguna prueba confirma las afirmaciones de Navalny según las cuales es perseguido por razones políticas», declaró el juez Serguei Blinov durante la lectura de la sentencia. Blinov justificó la condena por la «gravedad del delito» y por el «peligro que Navalny representa para la sociedad». Pese a que el opositor tiene derecho a apelar la sentencia, fue puesto bajo custodia en la sala del tribunal.

El juicio a Navalny arrancó en abril después de que Putin encargase al juez instructor Alexander Bastrykin, que investigara las actividades del opositor, en unas imágenes transmitidas por televisión. Durante el proceso, Navalny afirmó que Putin «daba instrucciones a los investigadores».

EXPLOTACIÓN FORESTAL/ Según la acusación, en el 2009 Navalny organizó el desvío de 400.000 euros en detrimento de una explotación forestal, Kirovles, cuando era consultor del gobernador de la región de Kirov. La fiscalía pedía para él una pena de seis años en un campo de internamiento. El otro acusado en este caso, Piotr Ofitserov, director de un grupo comercial al que, según la acusación, Kirovles vendió madera a un precio inferior al del mercado, fue condenado a cuatro años.

«No permanezcan pasivos», escribió el opositor, en el último mensaje en su cuenta de Twitter. Además, llamó a boicotear las elecciones municipales del 8 de septiembre en Moscú, a las que pretendía presentarse para hacer frente al alcalde saliente, Serguei Sobianin, que forma parte del círculo próximo a Putin.

Miles de seguidores de Navalny participaron ayer en una protesta en Moscú y cortaron el tráfico frente al edificio de la Duma (Cámara baja). «Pronto todos estaremos entre rejas», se leía en las pancartas. Más de 60 personas fueron detenidas por la policía, que reprimió la marcha.

Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Francia y Gran Bretaña expresaron su preocupación ante la condena. «Estamos profundamente decepcionados por la condena de Navalny y el motivo aparentemente político de su juicio», escribió en su cuenta de Twitter el embajador de Estados Unidos en Rusia, Michael McFaul. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, declaró que la sentencia plantea «numerosos interrogantes sobre el estado de derecho en Rusia».

El exmultimillonario opositor al Mijail Jodorkovski, encarcelado desde 2003, pidió a los rusos que resistan a la «máquina represora».