ACOSO MASCULINO EN BÉLGICA

La capital del insulto

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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«Puta, guarra, perra». Son algunos de los insultos que deben soportar diariamente las mujeres jóvenes vestidas de forma occidental y que pasean solas por el centro de Bruselas, la capital de Europa, en especial en los barrios donde prolifera la población masculina magrebí.

Esta realidad silenciada, que cualquier paseante atento puede percibir, salió a la luz con toda su crudeza a finales de julio con la emisión del documentalMujer de la calle,realizado por la joven Sofie Peeters mediante una cámara oculta. El documental muestra cómo la mujer a plena luz del día es objeto de múltiples insultos, numerosas proposiciones indecentes y reiterados intentos de acoso sexual por parte de varones en las calles del centro de la capital belga e incluso de hombres sentados en las terrazas de cafés.

Ahora las autoridades municipales tratan de combatir esa lacra cotidiana bruselense mediante una nueva normativa, que entró en vigor el 1 de septiembre y que establece multas de 75 a 250 euros para cualquier persona que profiera insultos en la calle. El único problema es que la nueva normativa solo podrá aplicarse con eficacia en el caso poco probable de que el agresor verbal sea atrapado en flagrante delito por la policía, porque la posibilidad de una investigación posterior a partir de una denuncia tiene pocos visos de prosperar, en especial en un país que se distingue por ejemplo por sus escasas condenas judiciales por violación.

Sofie Peeters, que se instaló a vivir en el centro de Bruselas, en el barrio de Anneessens, para completar sus estudios cinematográficos, explica que se vio sorprendida por las agresiones verbales que sufría cada día en el corazón de la capital belga. Posteriormente, otras mujeres le contaron que esa era la realidad de la vida femenina en Bruselas y que muchas de ellas evitan el metro, vestir faldas e incluso caminar por algunas de las calles más céntricas de la ciudad.

El alcalde de Bruselas, Freddy Thielemans, asegura que la nueva normativa estaba prevista«desde abril»antes de la emisión del documental, ya que las multas se aplicarán también para castigar los golpes y los robos simples, que restaban impunes porque la fiscalía no los perseguía«por falta de tiempo».

El acoso a las mujeres solas no se limita a las occidentales. También las jóvenes magrebís que no visten según los cánones del islam son insultadas en plena calle, incluso por adolescentes, ante la pasividad hasta ahora de la policía.