macroproceso judicial en NORUEGA

Breivik: «Algunos se hacían los muertos y por eso los remataba»

Breivik (con corbata clara), con su abogado en la sala de vistas de Oslo.

Breivik (con corbata clara), con su abogado en la sala de vistas de Oslo.

MONTSE MARTÍNEZ
BARCELONA

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el relato no solo fue estremecedor por la dureza del contenido sino por la sangre fría con la que el autor de la masacre dio todo lujo de detalles. Mientras Anders Breivik no se immutaba al explicar en su tercer día de declaración cómo se desarrolló la matanza en la isla de Utoya, varios familiares de las víctimas abandonaron la sala incapaces de aguantar la emoción. «Algunos se hacían los muertos y por eso los remataba», dijo en un momento de su declaración el ultraderechista de 33 años en referencia a las 69 personas que abatió a tiro limpio en la isla donde el Partido Laborista había reunido a sus juventudes. Horas antes de aquel 22 de julio del año pasado, había colocado un coche bomba en el centro de Oslo que acabó con la vida de ocho personas.

El detalle de cómo remataba a sus víctimas da cuenta de la frialdad de un hombre que también explicó ante los jueces cómo ha aprendido a controlar sus emociones y a anular la empatía con sus semejantes para poder continuar sin derrumbarse

-como «un soldado banzái nipón en una acción suicida», en sus propias palabras-.

«Este proceso es muy simple», dijo para añadir: «No soy un enfermo psiquiátrico, soy penalmente responsable». Precisamente, dilucidar si está trastornado -en este caso iría a un psiquiátrico- o es dueño de sus actos -lo que le llevaría 21 años a la cárcel- es la clave del juicio.

INFORMES CONTRADICTORIOS / Dos informes psiquiátricos se contradicen y será el tribunal el que determine en cuál se basa para dictar sentencia. Tras apuntar, durante la primera jornada de declaración, que actuó para defender a Noruega del «multiculturalismo», que se siente orgulloso de ello y de que los volvería a hacer, Breivik abundó ayer en sus fuentes de inspiración: desde Al Qaeda hasta ETA pasando por el IRA. No ocultó que prefiere a la organización terrorista islamista. «La debilidad de organizaciones comunistas como ETA es que tienen miedo a la muerte, no se atreven a hacer un ataque suicida, no creen en la otra vida y eso es la mayor desventaja», argumentó.

Breivik se mostró enojado al ser preguntado por aspectos del informe psiquiátrico que lo considera enfermo mental. posibilidad que el entiende como «la mayor humillación». Se refirió a los doctores que lo firman como a dos conocidos recopiladores de cuentos populares.