Elecciones presidenciales mexicanas

El PRI se lanza a la reconquista en México

Enrique Peña Nieto saluda a sus hijas en el inicio de la campaña en Guadalajara, ayer.

Enrique Peña Nieto saluda a sus hijas en el inicio de la campaña en Guadalajara, ayer. / periodico

TONI CANO
MÉXICO

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Sin que cesaran los tiroteos y el goteo de muertos de la narcoguerra, las luminarias, los carteles y el bombardeo televisivo de anuncios propagandísticos marcaron ayer en México el inicio de la campaña para las elecciones presidenciales de julio. Y sin que se haya hecho una auténtica transición política, los 11 años de decepcionante gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) -los últimos cinco con esa guerra que ha dejado ya más de 50.000 muertos- permiten que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país 71 años seguidos, parta como favorito para recuperar el poder que perdió en el año 2000.

El propio encargado de dar el banderazo de salida, Leonardo Valdés, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), reconoce que la inseguridad es el gran obstáculo de este proceso electoral, sobre todo en «los lugares donde priva la violencia». Valdés prevé tres meses de infarto y augura que los mexicanos irán a votar el domingo 1 de julio «bajo un clima de preocupación por la inseguridad pública».

Se podrá dar por satisfecho si esa noche anuncia sin problemas el nombre del próximo presidente del país. De momento, Valdés asegura: «La democracia mexicana se halla ante un desafío sin precedente alguno: mantener condiciones de gobernabilidad y estabilidad a través de la celebración de elecciones pacíficas, equitativas y apegadas a derecho».

Las balas, los muertos y la inseguridad pesan más que el recuerdo del autoritarismo y la corrupción que caracterizaron al partido que institucionalizó la revolución de hace un siglo para convertirse en lo que el escritor Mario Vargas Llosa acertó a definir como «la dictadura perfecta». Esta vez, por ende, el PRI presenta con el apoyo de las cadenas de televisión a un candidato guaperas, el exgobernador Enrique Peña, abogado de 45 años casado con una actriz de telenovelas.

Seguro de su victoria, Peña arrancó su campaña en Guadalajara, bastión tradicional del PAN. Allí encendió una iluminación que se reprodujo simultáneamente en las plazas de las principales capitales estatales, como símbolo del «inicio de una nueva era para el país». Tal como hizo como gobernador del estado de México, vecino a la capital, donde fue poniendo palomitas a pequeñas promesas cumplidas, Peña firmó ante notario sus primeros compromisos: ante todo, «recuperar la paz y la libertad de los mexicanos».

Hasta ahora, todas las encuestas le han dado a Enrique Peña una ventaja que ronda el 40% en intención de voto. Su popularidad no ha bajado a pesar de que encadenó patinazos antes de que su equipo de campaña le prohibiera improvisar: no supo citar tres libros que le hubieran influido, mostró su desconocimiento sobre el salario mínimo o el precio de la tortilla de maíz -el pan de cada día de los mexicanos- y adobó su ignorancia con comentarios machistas sobre las amas de casa.

DESGASTE / Enfrente, la candidata oficialista, Josefina Vázquez, exministra de 49 años, cuenta ahora en torno al 30% de intención de voto, lastrada por el desgaste de los dos gobiernos consecutivos del PAN y sobre todo por la violencia que sacude el país desde que el presidente, Felipe Calderón, decidió lanzar a los militares contra los cárteles de la droga al inicio de su mandato, en diciembre del 2006. Vázquez inició sus actividades también a primera hora de ayer, con un mitin en su casa de campaña de la ciudad de México.

Las encuestas colocan en tercer lugar al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y otros partidos de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, de 59 años, que se presenta por segunda vez consecutiva tras perder por un muy estrecho margen frente a Felipe Calderón en el 2006. Exalcalde de la capital, el conocido como AMLO empezó su campaña con una rueda de prensa para destacar que sus oponentes «ya no hablan», y prosiguió sus mítines en su estado natal de Tabasco.

Aún hay un cuarto candidato, el del Partido Alianza Nacional (Panal), creado en torno al poderoso sindicato de maestros. Es el ecologista Gabriel Quadri, que, consciente de sus nulas posibilidades de triunfo, empezó la campaña buceando en un arrecife del estado de Veracruz.

La suerte parece echada, pero, como también señalan todas las encuestas, alrededor de un 27% de los electores no ha decidido -o no confiesan- aún su voto. De momento, el dinosaurio, al que se equipara el PRI, tiene el camino allanado para estar de nuevo aquí cuando los mexicanos despierten el 2 de julio.