TRAGEDIA PENITENCIARIA

Más de 350 personas pueden haber muerto en un incendio en Honduras

Decenas de heridos están siendo atendidos en hospitales en Tegucigalpa

Casi 300 personas mueren en un incendio en una cárcel de Honduras

Casi 300 personas mueren en un incendio en una cárcel de Honduras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Más de 350 presos pueden haber muerto y decenas han resultado heridos en el incendio de la Granja Penal de Comayagua, en el centro de Honduras, aunque la cifra puede variar porque se cree que algunos reclusos se han fugado, según han informado este miércoles fuentes oficiales.

El Comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, dijo que había 853 reclusos, una cifra que supera ampliamente la capacidad de la prisión, y agregó que cuando se pasó lista 356 no respondieron, pero resaltó que habría que esperar al recuento oficial de los cadáveres. Por su parte, el secretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, afirmó que hasta ahora se han confirmado 272 muertos, aunque añadió que la cifra "podría superar los 300".

El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía, mientras tanto, cifró en 852 la población del penal y dijo que 475 reclusos han salido ilesos y que una treintena resultaron heridos, que han sido evacuados hacia hospitales de Comayagua y Tegucigalpa. Mejía agregó que "es probable que algunos" de los presos "se hayan dado a la fuga" en medio de la confusión, y que las autoridades investigan las causas. "Vamos a hacer el recuento general y después determinaremos la cantidad de personas que se pudieron dar a la fuga", subrayó Mejía.

Previamente, la jefa de Medicina Forense del Ministerio Público Lucy Marrder, había indicado que "hay 272 cuerpos quemados" y que "pueden ser más" las víctimas del incendio, que se registró a las 22.55 hora local (04.55 GMT) y fue controlado alrededor de las 03.30 (09.30 GMT), de acuerdo con los datos oficiales.

Enfrentamientos con la policía

Entretanto, en las afueras de la cárcel, ubicada a unos 80 kilómetros de Tegucigalpa, decenas de familiares de los presos se enfrentaron con la policía en un intento por ocupar la prisión para que les entreguen los cadáveres de las víctimas. Los agentes del orden dispararon y lanzaron bombas lacrimógenas para contener la protesta de los familiares, que les lanzaban piedras. Numerosas personas rompieron cercas y el portón de la entrada principal de la prisión y entraron, pero sin llegar hasta las celdas donde están los cadáveres.

Los familiares se oponen a que sus muertos sean enviados a Tegucigalpa para la autopsia. La situación de violencia ha sido controlada, mientras Bonilla, acompañado de otras autoridades y la representante de un organismo de derechos humanos, intentaba explicar a los familiares desde el interior de la prisión el procedimiento legal que se debe seguir. "Yo entiendo el dolor de las familias pero hay que cumplir con lo que dice la ley", destacó el secretario de Seguridad.

Bonilla dijo que lo ocurrido en la cárcel "es una tragedia nacional", y anunció que hacia las 09.00 hora local (15.00 GMT) se entregará un informe preliminar.

Otros parientes de reclusos aseguran que las autoridades del centro penitenciario tardaron en abrir las celdas, lo que, añadieron, hubiera podido evitar que los presos murieran quemados. Algunos de los presos que lograron escapar del fuego rompieron el techo y luego saltaron al vacío, según algunos relatos de familiares.

El Gobierno español expresa su condolencia

El incendio en la Granja Penal pudo ser causado por un cortocircuito, según el portavoz de la Secretaría de Seguridad, mientras la prensa local ha hecho conjeturas sobre un supuesto motín.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha expresado este miércoles su "más profundo pesar por las trágicas consecuencias" del incendio. En un comunicado, el Gobierno de España transmite sus mas sinceras condolencias al Ejecutivo hondureño y a los familiares de los fallecidos, y desea la pronta recuperación de los heridos.

La Embajada de España en Tegucigalpa sigue con atención lo sucedido y confirma que no había ningún preso de nacionalidad española recluido en este penal, ni constancia de víctimas españolas entre los fallecidos.