La respuesta internacional

La OTAN anuncia el fin de la operación militar en Libia

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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La OTAN acordó anoche dar por concluida el próximo 31 de octubre su misión militar en Libia contra las fuerzas del régimen del fallecido coronel Muamar Gadafi y que hasta entonces las operaciones militares irán perdiendo intensidad. El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, destacó que la actuación militar aliada en Libia durante estos siete meses ha permitido «evitar una masacre» de la población civil libia y que los ataques aéreos «han salvado incontables vidas». Rasmussen subrayó también que la OTAN nunca había pretendido acabar con Gadafi con el ataque al convoy militar la víspera en Sirte que precipitó su muerte, porque la Alianza Atlántica «nunca toma como blanco a las personalidades o las personas individuales».

A pesar de que el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general norteamericano James Stavridis, había anunciado que propondría a los 28 países aliados el fin de la misión, las discusiones en el seno del Consejo Atlántico requirieron nueve horas de intensos debates para llegar a un consenso «provisional» para dar por terminada la operación a final de mes debido a las divergentes opiniones existentes entre los embajadores.

DIVERGENCIAS ALIADAS / Algunos países defendieron que se diera por concluida la operación de inmediato tras la muerte de Gadafi y la caída de Sirte y Bani Walid, los últimos bastiones de las fuerzas gadafistas. Pero otros embajadores defendieron un enfoque más prudente y propusieron mantener la operación en vigor durante algún tiempo hasta verificar que la situación en Libia quedaba estabilizada.

La decisión definitiva se adoptará la semana próxima, tras consultar con la ONU y con el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, precisó Rasmussen, que restó importancia a esas divergencias. En la discusión participaron también los representantes de Catar, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, que habían secundado la operación militar.

«Hasta el 31 de octubre -señaló Rasmussen- la OTAN continuará supervisando la situación y manteniendo la capacidad de responder a cualquier amenaza contra la población civil». Rasmussen expresó su confianza en que las nuevas autoridades libias «respeten» los principios de democracia y Estado de derecho y dejó en manos del Consejo Nacional de Transición la decisión de abrir «una investigación especial» sobre las circunstancias de la muerte de Gadafi.

EL CONVOY DE GADAFI / La OTAN aseguró que el mando militar ignoraba que Gadafi viajaba en el convoy que los aliados atacaron el jueves por la mañana cuando huía de Sirte. La Alianza Atlántica insistió en que sólo descubrió más tarde que en ese convoy viajaba Gadafi y que con el ataque había «contribuido probablemente» a su captura por los rebeldes libios.

En un comunicado, la OTAN explicó que «alrededor de las 8.30 de la mañana, la aviación aliada atacó 11 vehículos militares gadafistas que formaban parte de un convoy de alrededor de 75 vehículos circulando en las afueras de Sirte». «Estos vehículos armados abandonaban Sirte a gran velocidad e intentaban forzar su paso. Los vehículos transportaban una cantidad sustancial de armas y municiones, por lo que representaba una amenaza grave para la población local», precisó el comunicado oficial. «Al principio solo fue destruido un vehículo, lo que provocó el desbaratamiento del convoy y que muchos vehículos se dispersaran en direcciones cambiantes diferentes», detalló la OTAN.

«Un grupo de aproximadamente 20 vehículos se dirigió hacia el sur a gran velocidad y continuaba representando una importante amenaza», añadió el comunicado. «La OTAN atacó esos vehículos con otra serie de bombardeos aéreos», lo que provocó que «una decena de vehículos resultara destruida o dañada», precisó el texto.

La OTAN insistió en que en el momento de desencadenar el ataque desconocía que Gadafi se encontraba en los vehículos del convoy: «El ataque aéreo «estaba destinado únicamente a reducir la amenaza contra la población civil, como requiere el mandato de la ONU».

La Alianza Atlántica reiteró que solo descubrió posteriormente a través de fuentes públicas y de los servicios de inteligencia aliados que Gadafi se encontraba dentro del convoy y no quiso revelar la nacionalidad de los aviones participantes en esa operación. Sin embargo, el ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, reconoció el jueves que un Mirage-2000 francés había atacado el citado convoy de Sirte por orden del mando aliado y que las fuerzas rebeldes libias habían intervenido a continuación, destruyendo los vehículos y atrapando a Gadafi.