Aniversario del 11-S

EEUU se sobrecoge en el recuerdo del 11-S una década después

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IDOYA NOAIN

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«Diez años han pasado desde que el perfecto cielo azul se transformó en la oscuridad de la noche. Desde entonces, hemos vivido en luz y en sombra. Y aunque no podemos dejar de ver lo que pasó aquí, también podemos ver que los niños que perdieron a sus padres se han hecho jóvenes adultos, han nacido nietos y buenos trabajos y servicio público han echado raíces para honrar a los que amamos y perdimos».

Con esas palabras del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, comenzaron ayer en la Zona Cero los actos oficiales organizados para marcar el décimo aniversario de los atentados del 11-S, una jornada de solemnidad, luto, memoriales, silencio, música, lágrimas, discursos y recuerdos que honró a los 2.973 fallecidos e intentó devolver al país el sentimiento de unidad que hace 10 años nació cuando aún ardían las cenizas de la tragedia.

El presidente, Barack Obama, que visitó por primera vez en mayo el entonces inacabado memorial de la Zona Cero tras la operación en Pakistán en la que se mató a Osama bin Laden, ayer volvió. A diferencia de lo que pasó en aquel viaje, esta vez logró convencer a su predecesor, George Bush, de que le acompañara y los dos se encontraron en persona por primera vez desde enero del 2010, cuando les unió la ayuda a Haití.

MENSAJE DE UNIÓN «NECESARIO» / «Que vengan juntos manda un mensaje positivo de unión y este país lo necesita», decía James Tretreault, un septuagenario que esperaba a entrar al memorial para, en las placas de granito que rodean las dos piscinas que evocan el vacío de las Torres Gemelas, buscar el nombre de su sobrina Renée, que iba en el avión que impactó contra la primera de las torres neoyorquinas.

Joan McHugh, que perdió a su amiga Joyce Ann Carpeneto, cruzaba los dedos para que no hubiera discursos. «Me pone enferma que capitalicen la tragedia para hacer progresar sus carreras políticas. La política nunca debería haberse involucrado», decía. Sus deseos se cumplieron y en la jornada de ayer la norma entre los gobernantes que participaron en las ceremonias en los tres escenarios clave fue acudir a citas bíblicas, literarias o históricas en busca de homenaje, consuelo o esperanza. Obama, que también visitó el nuevo memorial de Shanksville, hizo una ofrenda en el Pentágono y por la noche ofrecía un discurso en Washington, recurrió en la Zona Cero al salmo 46: «Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda muy presente en los problemas...»

Bush, mientras, decidió citar una carta que Abraham Lincoln escribió a una mujer que perdió cinco hijos en la guerra. «No puedo evitar ofrecerle el consuelo que puede encontrar en las gracias de la república que murieron por salvar (...) Rezo porque el Señor le deje la celebrada memoria de los amados y perdidos y el orgullo solemne por haber pagado tan caro sacrificio en el altar de la libertad», leyó el expresidente.

EMOCIONES Y VALENTÍA / Quien pronunció una de las intervenciones más emotivas fue, en el Pentágono, el vicepresidente, Joe Biden, que perdió a su esposa y a su hija en un accidente. «Sé lo que es recibir esa llamada inesperada que te dice que lo que más quieres en tu vida se ha ido», dijo. «Sé que estos memoriales son momentos agridulces (...). Rezo porque, 10 años después, cuando penséis en vuestros seres queridos os nazca una sonrisa en la boca antes que una lágrima en los ojos».

Si Biden ponía la emoción, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ponía la valentía. A solo unas cuantas manzanas de donde tenían previsto volver a protestar los opositores a un centro islámico que el año pasado tiñeron de tensión el aniversario, Cuomo acudió a Franklin D. Roosevelt. «En el futuro, que queremos hacer seguro, aspiramos a un mundo fundado en cuatro libertades humanas fundamentales -dijo-: libertad de expresión, de culto, vivir libres de carencias económicas y libres de miedo. En cualquier lugar del mundo».