Las medidas políticas

Cameron estudia bloquear las redes sociales ante los disturbios

La policía se lleva a un hombre de su domicilio en Londres.

La policía se lleva a un hombre de su domicilio en Londres.

MONTSERRAT Radigales

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El primer ministro británico, David Cameron, prometió ayer «todas las medidas necesarias» para evitar una repetición de los violentos disturbios ocurridos en varias ciudades del país desde el sábado por la noche. Y, entre estas medidas, aseguró que el Gobierno trabaja «con la policía, los servicios de inteligencia y la industria de internet para ver si es posible impedir que la gente se comunique a través de estos servicios cuando sepamos que se prepara para cometer actos de violencia, delitos y a provocar disturbios».

La noche del miércoles al jueves fue la primera en que reinó la calma en todo el país, a pesar de algún incidente esporádico. Pese a ello, en una sesión extraordinaria de la Cámara de los Comunes, Cameron prometió no bajar la guardia. El primer ministro anunció que había dado nuevos poderes a la policía, entre ellos la posibilidad de retirar por la fuerza las capuchas, bufandas o cualquier prenda que cubra el rostro de los sospechosos o la posibilidad de ordenar el toque de queda.

En cuanto al control de las redes sociales, Cameron no dio más detalles, pero posteriormente la ministra del Interior, Theresa May, señaló que el Gobierno considera la posibilidad de bloquear los mensajes a través de instrumentos como la Blackberry y las redes sociales como Facebook y Twitter cuando se produzcan disturbios. Los altercados de los últimos días fueron convocados o anunciados a través de estos medios.

ESCEPTICISMO/ El anuncio fue acogido con cierto escepticismo y los expertos creen que una medida de este tipo estaría condenada al fracaso, como se demostró en el caso de las revueltas árabes.

En su intervención ante el Parlamento, Cameron reconoció que la respuesta inicial al estallido de la violencia fue «inadecuada». «Simplemente, había demasiados pocos policías desplegados en las calles. Y las tácticas que utilizaban no funcionaban», afirmó.

El despliegue de 16.000 policías en las calles de Londres se mantendrá al menos hasta este fin de semana. Cameron insinuó que si la violencia se reanudara podría sacar al Ejército. El mandatario prometió también medidas para luchar contra las bandas organizadas que, según dijo, estaban detrás de la coordinación de los disturbios.

LA «CULTURA»/ El primer ministro fue contundente en rechazar cualquier vinculación entre la violencia callejera y los recortes sociales decretados por su Gobierno. «Los saqueos no tienen que ver con la política o con las protestas; tienen que ver con el robo», afirmó. Para el dirigente conservador, «la responsabilidad del delito recae siempre en el delincuente. (...) Esto no tiene que ver con la pobreza, tiene que ver con la cultura. Y hay una cultura que glorifica la violencia, la falta de respeto a la autoridad y reclama los derechos pero ignora las responsabilidades».

Cameron prometió también ayudas -que cuantificó- a las víctimas de la violencia de los últimos días, especialmente los ciudadanos que han perdido sus hogares en los incendios y los comerciantes que han visto destruido su medio de vida.

El debate parlamentario se centró en el recorte del 20% del presupuesto policial hasta el año 2015 que el Gobierno de Cameron ha decretado y que el líder laborista, Ed Miliband, volvió a recriminarle, aunque sin demasiada saña. El primer ministro se mostró inflexible en este punto. «Espero que el debate sobre las causas [de los disturbios] no caiga en una discusión fatigosa sobre los recursos», había advertido de entrada. «Cuando hay fracasos morales profundos, eso no se combate con un saco de dinero», sentenció.