EL PUNTO DE VISTA

'Srebrenica nos perseguirá', por Pere Vilanova (09-07-2005)

PERE VILANOVA Catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona

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El lunes, 11 de julio, se cumplirán 10 años de lamatanza de Srebrenica, que, como dijoKofi Annan, "nos perseguirá durante mucho tiempo", y la verdad, una sensación muy contradictoria invade mis sentimientos. La más negativa es que, como con otras atrocidades, y aunque pudiera parecer ilógico, el tiempo trabaja contra la conservación de la memoria.

Los pocos supervivientes de loscampos de exterminio nazis viven con angustia la sensación de que cuando muera el último de ellos no sólo desaparecerán ellos, sino que desaparecerá "el problema", y con el paso del tiempo se abrirán debates sobre si aquello sucedió o no, si fue como se dice o se trata de una exageración.

En las últimas semanas, por ejemplo, los medios de comunicación traen noticias asombrosas. La primera señala (verLe Courrier International del número 762, del 9 al 15 de junio del 2005) que la televisión deSerbia ha mostrado por primera vez un vídeo, usado contraMilosevic en elTribunal Penal Internacional para la extinta Yugoslavia, en el que se ve como los paramilitares serbios ejecutan a sangre fría a cinco jóvenes bosnios, alguno de los cuales no tiene ni 15 años.

Sorpresa enBelgrado: la clase política, con escasas excepciones, se declaró "escandalizada" de que tales cosas pudieran suceder. Pero el presidente del Parlamento serbio se negó a debatir una declaración por los crímenes de Srebrenica.

Amnesia colectiva, autismo político. No es infrecuente que, al hablar con gente que llega de Belgrado, si mencionas "la guerra", te das cuenta de que para ellos "la guerra" se refiere a la segunda guerra mundial o bien a los ataques de laOTAN de 1999 por la situación enKosovo. En medio no hay nada. Cierto que en el plano civil hay señales distintas. Algunos diarios serbios han escrito cosas como ésta: "La opinión serbia está en estado de choque porque ha podido por fin darse cuenta de qué crímenes crueles han cometido personas con uniformes e insignias de Serbia". Más vale tarde que nunca.

Srebrenica fue la tumba de entre 8.000 y 12.000 bosnios, que en pocos días fueron asesinados a sangre fría por las tropas del generalMladic. Ante la pasividad de las tropas holandesas de la ONU, separaron a todos los varones de entre 13 y 60 años y los llevaron a granjas y descampados donde fueron ejecutados en unas 72 horas. Las cifras varían porque al ver lo que estaba sucediendo, varios miles escaparon en desbandada campo a través, bien hacia Tuzla, bien hacia Zepa, ¡otra "zona segura" de laONU!, y muchos cayeron en campos de minas o en emboscadas de loschetniks serbios.

Mi buen amigo Claudi C., que trabajó un año como coordinador de una ONG farmacéutica en la zona, estaba aquellos días en Tuzla, y asistió impotente a la llegada de muchos de ellos, pero también a la llegada de una caravana de 20 kilómetros de camiones y autobuses, fletados porACNUR, para transportar hacia aquella ciudad bosnia a miles de mujeres, ancianos y niños evacuados de Srebrenica.

No tengo palabras para reproducir el relato, sobrio, conciso e inobjetable, que me hizo en 1995. Nada más llegar, una joven mujer se bajó del camión enTuzla, buscó un pedazo de cuerda de tender la ropa, se fue tras unos árboles pasada la carretera, y simplemente, se ahorcó. O bien, la foto obscena que muestra al jefe de los cascos azules holandeses, el coronel Karrimans, brindando con champán junto a Mladic por el feliz desenlace de la operación. Cierto que se le ve algo desencajado, y que llevará esta carga por el resto de sus días.

El propio Parlamento holandés debatió a fondo el caso, como saben hacerlo las sociedades calvinistas de verdad, donde el perdón y la absolución de los pecados no se compran en un confesionario, sino que los resuelve cada cual con su conciencia.

Dos imágenes para concluir. Tres semanas antes de la matanza de Srebrenica, el mundialmente aclamado cineastaEmir Kusturica estrenaba en Belgrado, arropado por el régimen de Milosevic y aplaudido por 5.000 espectadores, su famosa y premiada películaUnderground. Pero Kusturica es bosnio y de Sarajevo. Y, sin embargo, nunca hemos escuchado o leído una palabra suya que no fuera de autojustificación y de adhesión a Belgrado durante toda la guerra y después. Algunos europeos dicen: "Pero tiene mucho talento". En este caso, el talento debería ser un agravante, no un atenuante.

Otro talento errante: hace pocos días, el 28 de junio, la prensa publicaba unas declaraciones del escritor Peter Handke en las que absuelve a Milosevic, al que califica de "personaje trágico", denuncia por "ilegítimo" elTribunal Penal de La Haya, y afirma que la guerra fue "una máquina del infierno que no podía detener ningún poder, ninguna persona, ningún individuo". La culpa es de todos, luego no es de nadie. Por cierto,Europa, como portadora de no se sabe qué modelo, empezó a morir aquel día.