Francia endurece el código sobre la laicidad para regular la práctica del islam

La Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido del presidente francés NicolasSarkozy, celebra hoy un debate controvertido sobre la laicidad enFrancia. A falta de seis días para aplicar la ley que multa el uso delburka, presentará uncódigode conducta, que tendrá el mismo rango que el código civil o el penal, formalmente dirigido a regular la convivencia entre las diferentes comunidades religiosas.

Sin embargo, el secretario general de la UMP, FrançoisCopé, solo aludió ayer al islam al avanzar los ejes del llamado "código de la laicidad". Lo mismo hizo Sarkozy cuando anunció la celebración del debate, al decir que no quería más minaretes ni rezos en las calles.

Pese a que los líderes de las seis principales confesiones --católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes y budistas-- expresaron sus reservas, el presidente no dio marcha atrás. El ministro del Interior, ClaudeGueant, justificó ayer el debate con estas palabras: "El crecimiento de los miembros de esta religión (los musulmanes) plantea problemas. No hay razón para que tengan más derechos que los demás".

Ejes del código antireligioso

Los ejes del código afectan a la escuela, la sanidad, el trabajo y los lugares de culto. La laicidad de la escuela pública francesa será reforzada con la introducción de normas de conducta para evitar la injerencia de las tradiciones y prácticas religiosas en los centros. Por ejemplo, se prohibirá a los padres que realicen la función de acompañantes en las salidas escolares llevar prendas asociadas a una práctica religiosa.

En los hospitales, ningún ciudadano podrá rechazar los servicios de un facultativo en función de su sexo. Las empresas deberán dotarse de un reglamento interno para regular las libertades religiosas y no tener que parar la producción, por ejemplo, "a causa de las prácticas religiosas de una parte de sus empleados", dijo Copé.

Entre las 26 propuestas que incluye elcódigo de laicidad figura también la exigencia de transparencia en la financiación de los lugares de culto. También se aboga por la utilización del francés, en lugar del árabe, en los actos religiosos.

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