La sismología

El terremoto fue el más intenso de la historia moderna de Japón

Un especialista del Servicio Geológico Británico analiza sobre un mapa la ubicación el terremoto de Sendai.

Un especialista del Servicio Geológico Británico analiza sobre un mapa la ubicación el terremoto de Sendai.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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La manera más gráfica de entender el origen de los terremotos es comparar la corteza terrestre con un puzle formado por grandes piezas sólidas, las placas tectónicas, que flotan sobre un manto parcialmente fundido. En las zonas de contacto, las piezas en movimiento pugnan por conseguir un espacio... hasta que acontece un temblor de tierra. Entonces se libera la energía y las tensiones vuelven a igualarse. Japón es una zona de elevada sismicidad porque se asienta justamente sobre una zona de contacto entre cuatro placas muy inestables y con marcadas direcciones opuestas.

«La placa del Pacífico tiende a meterse por debajo de la Euroasiática hasta que cada equis tiempo la fricción acumulada libera energía», resume María José Jurado, especialista en sismología del CSIC en el Instituto Jaume Almera de Barcelona que trabaja a menudo en Japón. Terremotos de tanta intensidad como el de ayer solo son propios de zonas de subducción muy activa, con hundimiento acusado de las placas, como sucede en Japón y Chile, añade Jurado. De hecho, el temblor fue el sexto más intenso en la Tierra desde que existen métodos instrumentales modernos y el cuarto si se descartan dos cuyo epicentro se localizó en zonas prácticamente despobladas de Alaska y la península de Kamchatka. En el siglo XXI solo queda por dejante el seísmo que originó el tsunami de Sumatra en el 2004.

FUERTES, PERO NO TANTO / «Japón es un país con muchos terremotos, pero este es ciertamente excepcional. Nunca en las últimas décadas habían tenido uno igual», resume Teresa Susagna, sismóloga del Institu Geològic de Catalunya (IGC). El terremoto fue registrado con una magnitud de 8,9 en la escala de Richter, muy superior a los 7,5 que destrozaron en 1995 el casco viejo de la ciudad de Kobe, al sur del país, o a los 7,0 que causaron 300.000 muertos en Haití el año pasado. Es realmente mucho: «Una magnitud 8 no es el doble de una magnitud 7, sino 30 veces más», recuerda la sismóloga del IGN. El eje de rotación de la Tierra se movió 10 centímetros.

El terremoto se produjo a las 14.46 hora local en Japón (06.46 en España) y su epicentro se situó bajo el lecho marino a unos 130 kilómetros de Sendai, en la costa de Honshu, la principal isla de Japón. El Servicio Geológico de EEUU calculó que la zona de subducción en contacto medía 400 kilómetros de largo.

El seísmo tuvo infinidad de réplicas intensas, incluida una de magnitud 7,2, es decir, más que la mayoría de los grandes terremotos que acontecen a la largo del año en el mundo, añade Susagna. En principio, que hubiera muchas réplicas significa que se liberó mucha energía y que el riesgo ha disminuido, «pero nada garantiza que no haya un nuevo terremoto intenso», advierte. El terremoto fue detectado en los sismógrafos europeos, incluido el situado en el observatorio Fabra de Barcelona. «No es extraño en situaciones intensas de este tipo», explica Susagna. La onda se apreció aproximadamente 10 minutos después.

La tierra había avisado con un terremoto en la misma zona el pasado miércoles. «Sabemos que hay un riesgo elevado de terremotos en Japón -explica Jurado-. El problema es que desconocemos cuándo van a acontecer». La investigadora del CSIC participa en un proyecto internacional en el sur del país cuyo gran objetivo es desarrollar métodos de detección temprana. Los investigadores han empezado a perforar la corteza terrestre en la fosa marina de Nakai para poder llegar hasta ocho kilómetros de profundidad y allí instalar unos sensores geofísicos. Evitar un seísmo es imposible, claro está, pero «los movimientos detectados podrían servir para predecir la llegada de un gran terremoto», explica la investigadora del CSIC.

CADA 110 AÑOS? / Hasta ahora, la única forma de predecir un gran terremoto es atender a criterios estadísticos poco fiables. Según un cálculo del científico japonés Katsuhiko Ishibashi, elaborado a partir del registro histórico de grandes temblores desde el siglo XV, un suceso similar al de Sendai se produce de media cada 110 años. Sin embargo, el margen de error es enorme.

El terremoto ocasionó una ola gigante o tsunami que poco a poco recorrió todo el Pacífico en dirección este hasta la costa de América del Sur y el norte de Australia y Nueva Zelanda, según confirmaron los datos satelitales de la NOAA de Estados Unidos. Sin embargo, la peor parte se la llevaron las cercanas costas de Japón, donde se registraron olas de más de cuatro metros o incluso más. La prensa local informó de un tsunami de 10 metros en el aeropuerto de Sendai. La ola repentina superó los dos metros en las islas Aleutianas, Alaska y Hawai.