Dos caras para suceder a Lula

Dilma Rousseff: La exguerrillera de difícil sonrisa

Dulcificar su imagen 8 Rousseff se ha puesto en manos de estilistas.

Dulcificar su imagen 8 Rousseff se ha puesto en manos de estilistas.

ABEL GILBERT / Sao Paulo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«No soy una política tradicional. ¿Eso es un defecto?». Dilma Rousseff reclamó su derecho a ser singular en la campaña electoral, aunque muchas veces terminó utilizando el mismo lenguaje de sus adversarios.

Economista, exsecretaria de Hacienda de Porto Alegre, ministra de Minas y Energía y, por último, superministra del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, quiere ser la primera presidenta de la historia de Brasil.

Nacida en 1947 en Belo Horizonte, ahora se la llama Dilma, a secas. Antes tuvo otros nombres : Estela, Wanda, Luiza, Marina y Maria Lúcia. Eran los años de la clandestinidad.

Hija de Dilma Koimbra Silva y del empresario y abogado Pedro Rousseff, un comunista búlgaro que debió abandonar su país en 1929, ella formó parte de uno movimientos de resistencia contra la dictadura brasileña, Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares.

La detuvieron en 1970 y estuvo presa durante 28 meses. En el transcurso de su cautiverio la llamaron la Juana de Arco de la guerrilla.

La oposición trató de resaltar, hasta la distorsión, este aspecto de su pasado. Sus excompañeros la recuerdan como una joven encendida que solo transportó pertrechos y dinero obtenido en bancos asaltados. La información judicial dice que, cuando fue apresada, no encontraron en la casa revólveres ni balas. Solo folletos y un libro de Stalin,Estrategia y Táctica.

Contraria a la legalización de la marihuana, con una posición ambigua frente al aborto -para no desairar a los grupos evangelistas que sostienen su candidatura- Rousseff es una afiliada tardía al Partido de los Trabajadores (PT). Ingresó en el 2011, tras abandonar a la agrupación que lideraba el socialdemócrata Lionel Brizola.

Entre sus autores favoritos está John Maynard Keynes, el economista inglés que le ha servido de fuente de inspiración en la crisis financiera internacional, de la que Brasil ha salido airoso,

Devorar cultura

Dilma es,además, una devoradora de bienes cultura. Puede pasar del psicoanalista Jacques Lacan a una tragedia de Sófocles, de Guimaraes Rosa, el gran novelista brasileño, a un aria de la ópera Don Juan de Mozart. En el Gobierno se ha construido un perfil de tecnócrata de difícil sonrisa.

Entre la foto policial de los años 70 -camisa a cuadros, cabello corto, lentes gruesos- y las de la campaña electoral se puede relatar la historia de los cambios de este país. La Dilma de hoy ha confiado su melena al peluquero de la jet set Celso Kamura. Ahora, la viste Alexandre Herchcovitch, cuyas prendas son aclamadas en Nueva York.

Con esta imagen, Rousseff se prepara para continuar la obra de Lula, el presidente que sacó de la pobreza a 29 millones de personas y consolidar el gran sueño de Brasil de convertirse en potencia mundial.