UNA SOCIEDAD QUE HA SABIDO SORTEAR LAS PROHIBICIONES

Hechos al soborno

Los cubanos se han acostumbrado a trabajar en la clandestinidad y a buscar la complicidad de los vecinos y de las autoridades locales

H. L. S.
LA HABANA

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Tantos años de prohibiciones y acoso, con penas hasta de cárcel por lo que se denominaba actividad económica ilícita, fueron entrenando a los cubanos a trabajar en la clandestinidad, sobornando, buscando la complicidad de vecinos y amigos o logrando que las autoridades locales hicieran la vista gorda. Y aunque no era el propósito, quienes han sabido trabajar por su cuenta han sabido también cómo burlar al fisco

Ahmed es licenciado en Biología en la Universidad de La Habana pero ha preferido estos años trabajar en informática porque«da más». Asegura tener una importante clientela.«Soy un profesional: llaman por teléfono, yo voy a sus casas»,cuenta, añadiéndo:«Así, ¿quién se va a enterar?, ¿qué inspector me va a descubrir para que pague impuestos que, además, son altos?»«Para muchos, aunque quieran, va a ser imposible trabajar dentro de la ley», añade.

JuanaLa Cubanatira las cartas en la plaza de la Catedral y se acaba de enterar de que la cartomancia, al igual que magos y videntes y otras 175 formas de empleo muy diversos ya está bien vista por todos.«Estoy, aquí, donde me ve, con permiso del mismito Eusebio Leal[el historiador de La Habana]»,afirma.

¿El futuro?

Cobra cinco CUC, pesos convertibles, por predecir el futuro. Puede suponerse que es muy caro para los cubanos de a pie —el salario medio es de 20 CUC (17 euros) —, pero si se piensa solo en el oficio propiamente, pues quizá hasta resulte demasiado barato, ya que vaticinar cuál será el futuro es algo tremendamente difícil en la isla.