Análisis

¿Misión cumplida en Irak?

Rafael Vilasanjuan

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ahora que la última brigada de combate americana en Irak ha salido, es el momento de analizar si «la misión se ha cumplido», como presumió el presidenteGeorge W. Bushal día siguiente de derrocar aSadam Husein. Han pasado casi ocho años desde que esta afirmación pusiera de relieve el segundo gran error de quienes creyeron que derrocando al dictador el camino para construir un país por la fuerza quedaba libre. La ignorancia sobre lo que ocurriría luego estuvo a la altura del primer gran error: iniciar la guerra. Con el pretexto de unas supuestas armas de destrucción que debieron de evaporarse, la ocupación ha roto el país, desestabilizado la región y acelerado el declive de la influencia occidental.

¿Misión cumplida? Muy pocas decisiones en torno a este conflicto resistirán el paso del tiempo. La idea inicial de purgar a todos los miembros del partido Baaz deSadam Husein, sobre el que se organizaba la sociedad, y acabar con el Ejército provocó el caos; ocupar el poder en vez de crear un Gobierno de transición desde el inicio ha convertido a Irak en un país violento y desestructurado. El legado es desalentador. No hay vencedores y aunque se retiran las tropas, en el interior el espectro de la guerra persiste con la influencia creciente de Irán, que ha ganado peso a través de la comunidad chií. Hacia afuera, el envío de soldados americanos a Irak impidió acabar con la amenaza terrorista de Al Qaeda en Afganistán en un momento crítico. SiBushno hubiera abierto un segundo frente tal vez hoy la insurgencia no estuviera tan presente, ni hubiera recuperado fuerzas.

Es curioso que quienes en Washington construyeron este desastre hayan consumido el verano lanzando rumores sobre el perfil de unObama comunista y secretamente musulmán. Su determinación de retirar las tropas abre una situación de incertidumbre, pero puede ser la única decisión en toda esta guerra que con el tiempo tenga sentido.Obamano hablará de victoria en su discurso sobre Irak el próximo martes, pero su Ejército no sale derrotado y aunque será difícil que su país recupere la centralidad perdida, como mínimo empieza a restaurar la imagen y la promesa de no provocar guerras sin ser previamente atacado o amenazado gravemente.

En cuanto a Irak, con tanto por hacer, las consecuencias son impredecibles. En un país con las terceras reservas petrolíferas del mundo, la mitad de su juventud no tiene empleo, y aunque en marzo los iraquís pudieron votar -de manera más o menos libre-, sus elegidos son incapaces de llegar a acuerdos para formar Gobierno. En un fuego mal apagado donde el espectro de la violencia resurge con nuevos atentados, la retirada de las últimas unidades de combate americanas debería señalar el final de la guerra. Pero el vacío da vértigo y de momento no permite pensar que alguien pueda volver a repetir «misión cumplida».