INFORME DE UNA LARGA INVESTIGACIÓN

¿Qué ocurrió el 'Bloody Sunday'?

El Reino Unido admitió en el 2010 la culpabilidad de sus tropas en la matanza de 1972

Reacción de júbilo en Derry (Irlanda del Norte) a la valoración del informe por parte de David Cameron.

Reacción de júbilo en Derry (Irlanda del Norte) a la valoración del informe por parte de David Cameron.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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La verdad puede hacerse esperar. Después de 38 años, las familias de los 14 nacionalistas norirlandeses muertos y los 13  heridos por las balas del Ejército británico en el llamado Bloody Sunday vieron ayer cómo las víctimas quedaban eximidas de toda culpa. La investigación dirigida por el juez Lord Saville reconoce, sin ningún género de dudas, que los  soldados del Regimiento de Paracaidistas dispararon contra civiles inocentes y desarmados  en Derry, el 30 de enero de 1972. Una respuesta tan «injustificada, como injustificable», según el primer ministro británico, David Cameron, que leyó las conclusiones del informe en el Parlamento. Cameron dijo lamentar profundamente lo ocurrido.

El documento, de 5.000 páginas, puntualiza que los soldados no lanzaron ningún aviso de advertencia a los manifestantes antes de abrir fuego. Ninguno de los miembros del Regimiento de Paracaidistas disparó para responder a los ataques de piedras o botellas incendiarias. Algunos de los muertos o heridos solo trataban de dejar la zona de los enfrentamientos o ayudar a las víctimas que estaban heridas o agonizando.

Hasta hoy, la versión oficial del Ejército británico había sido la de que sus hombres dispararon repeliendo los ataques de pistoleros y terroristas. Una anterior investigación oficial, realizada pocas semanas después de los hechos, eximió a los soldados de culpa y acusó a las víctimas de ir armadas, provocando la repulsa internacional.

El Tribunal de Lord Saville descarta, sin embargo, que los disparos fueran fruto de un plan premeditado o de una conspiración del Estado británico. Los soldados, indican las conclusiones, nunca debieron entrar en Bogside, el barrio católico donde erróneamente creyeron estar siendo tiroteados por el IRA. La orden partió del coronel Derek Wilford. Los soldados perdieron el control después de que un teniente disparara su fusil al aire como una advertencia, que confundieron con el fuego de los republicanos.

CICATRIZAR HERIDAS / Las consecuencias de aquella brutal represión fueron enormes. «Lo ocurrido en el Domingo Sangriento reforzó al IRA, incrementó el resentimiento y hostilidad hacia el Ejercito y exacerbó la violencia del conflicto en años sucesivos», afirma Lord Saville.

El informe también estima que si bien ninguna de las víctimas iba armada, sí lo estaba «posiblemente» el actual viceprimer ministro de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, entonces segundo en el mando del IRA en la ciudad, aunque no la utilizó «ni dio a los soldados ninguna justificación para que abrieran fuego». El informe critica que varios militares mintieran intencionadamente en sus declaraciones.

Congregadas ante el Ayuntamiento de Derry, donde se había instalado una pantalla gigante, decenas de miles de personas siguieron en directo la alocución de Cameron entre aplausos. Los resultados de la investigación deberían ayudar a cicatrizar heridas de aquella tragedia, pero las conclusiones dejan la puerta abierta al procesamiento de los soldados involucrados en los incidentes. Los unionistas verían con malos ojos esa posibilidad, que sí respalda una minoría nacionalista.

FACTURA ABULTADA / Entre los familiares de las víctimas hay división de opiniones. Unos, como el hermano de Michael Kelly, que tenía 17 años cuando falleció de un disparo en el estómago, cree que el culpable, identificado como el soldado F, debería ser procesado.

Pero Tony Dotherty, exmilitante del IRA e hijo de otra víctima del soldado F, opina que es el momento de dar por zanjado el asunto. Su padre, Patrick Dotherty, tenía 31 años y seis hijos cuando murió. «Antes quería vengarme. Ahora he cambiado. No voy a hacer campaña para que esa persona pase el resto de su vida en la cárcel». La decisión deberá adoptarla la Fiscalía de Irlanda del Norte.

La investigación del Domingo Sangriento ha sido criticada por ser la más larga y costosa en la historia legal del Reino Unido. La factura de las  indagaciones, que han durado 12 años, se eleva a 230 millones de euros. Cuando, en 1998, el entonces primer ministro Tony Blair la puso en marcha, esperaba, sin embargo, una resolución mucho más rápida. Abogados muy bien pagados han entrevistado a más de 900 testigos. Sus testimonios recopilados en 250 volúmenes forman ya parte de la historia de Irlanda del Norte.