Elecciones presidenciales

Los partidarios de Musavi salen a la calle contra el «fraude» en Irán

Seguidores de Musavi incendian un autobús en una calle de Teherán en protesta por los resultados electorales.

Seguidores de Musavi incendian un autobús en una calle de Teherán en protesta por los resultados electorales.

KIM AMOR
TEHERÁN / ENVIADO ESPECIAL

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La victoria del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad en las elecciones presidenciales celebradas el viernes supone un jarro de agua fría para los iranís que votaron por el candidato reformista, Mirhusein Musavi, quien ayer calificó los comicios de «peligrosa farsa». La tensión saltó a las calles de Teherán. En diferentes partes de la capital, la policía cargó con dureza contra grupos de partidarios del candidato reformista. Hubo incluso choques entre seguidores de Musavi y Ahmadineyad, que con esta victoria renueva por cuatro años más su cargo.

Los resultados oficiales facilitados ayer por el Ministerio del Interior otorgan a Ahnmadineyad el 62,6 % de los votos, contra el 33,7% a su principal rival. El índice de participación fue del 84%, una cifra sin precedentes en la República Islámica de Irán. «Protesto de forma enérgica contra las numerosas violaciones y advierto de que no me rendiré ante este engaño», manifestó ayer el candidato reformista en un duro comunicado.

MANIPULAR VOTOS / Musavi acusó a «algunos dirigentes» de haber manipulado los votos y dijo que con su actuación habían puesto «en peligro los pilares del sistema sagrado de la República Islámica», contribuyendo a «establecer una tiranía» en el país persa. En el texto califica al Gobierno actual de «dictatorial y mentiroso» y amenaza con «revelar los secretos que se esconden detrás de esta peligrosa farsa».

El jefe del comité de supervisión de los comicios de Musavi, Alí Akbar Mortazaminpur, dijo ayer que han pedido que se repitan las elecciones. El candidato reformista había citado ayer a la prensa a las dos de la tarde, hora local, en la sede central de su candidatura en la capital, pero la policía impidió la llegada de los informadores, lo que le obligó a emitir el comunicado que entregó a una agencia de prensa internacional y que después se distribuyó entre los manifestantes que protestaban por las calles.

La gran movilización popular que arropó a Musavi durante la campaña electoral, con manifestaciones masivas por parte de la capital, presagiaba un duelo mucho más reñido entre los dos favoritos. En la sede de Musavi se esperaba, al menos, que ninguno de los dos aspirantes obtuviera el 50% más uno de los votos necesarios para ganar en la primera vuelta, y mucho menos que la diferencia entre ambos fuera tanta, de casi el doble. El porcentaje de votos obtenido por los otros candidatos, el ultraconservador, Mohsen Rezai, y el reformista, Mehdi Karrubi, el único clérigo en liza, fue de tan solo 0,85% y 1,96% respectivamente.

CON VOZ TRÉMULA / «Expliquen al mundo lo que está pasando aquí», dijo a este periódico un iraní de mediana edad con voz trémula mientras la policía despejaba a bastonazos a los partidarios de Musavi concentrados en una plaza del centro de la ciudad. «Ayer mi voto fue por la paz, no para esto. Nos han robado 11 millones de votos», añadió. No lejos, sobre la azotea de un edifico situado justo al lado de una gran comisaría de donde previamente había salido un centenar de antidisturbios, una familia hacía el signo de la victoria mientras coreaba el nombre de Musavi.

«Han jugado con nosotros. Al final han hecho lo que han querido», afirmó un taxista atrapado en medio del caos de tráfico que vivió ayer Teherán. «Cuando esta mañana me levanté y vi los resultados no me lo podía creer», añadió.

A media mañana, el líder supremo y hombre fuerte del país, el ayatolá Alí Jamenei, felicitó a Ahmadineyad por su victoria y pidió a los ciudadanos: «Incluso los que ayer fueron sus rivales deben ahora respetar al presidente porque es un ser divino». Jamenei, sucesor del ayatolá Jomeini, padre de la revolución iraní, se felicitó por la participación masiva.

«LABOR IMPECABLE» / El reelegido Mahmud Ahmadineyad negó las acusaciones de fraude en los comicios y aseguró que la victoria pertenece al pueblo iraní que, según su análisis, ha optado por el continuismo al haberlo escogido por amplia mayoría. En medio de las acusaciones de pucherazo de la oposición, el presidente quiso felicitar a todos aquellos que han participado en las elecciones porque han realizado «una labor impecable».

«Unos 40 millones de personas han participado en unas elecciones totalmente libres y es un enorme récord y orgullo para todo el mundo», declaró Ahmadineyad.