AMENAZA AL MODO DE VIDA ANCESTRAL EN MONGOLIA INTERIOR

China acota el tradicional pastoreo en su región mongol para evitar la desertización de la estepa

Los pastores consideran que se trata de un atentado contra su cultura

Bayar, delante de una de las tiendas destinadas a los turistas chinos.

Bayar, delante de una de las tiendas destinadas a los turistas chinos.

DAN MARTIN / AFP
BAIYUNKUANGQU

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Bayar, de 48 años, ha pasado la mayor parte de su vida recorriendo palmo a palmo la estepa de Mongolia Interior, región del norte de China, guiando a su rebaño de ovejas en busca de pastos al igual que sus ancestros mongoles. Pero este modo de vida tradicional ha sido destruido en los últimos tres años y Bayar se ha tenido que instalar en una pequeña casa de ladrillo perdida en una llanura azotada por los vientos.

"Teníamos una buena vida en otra época. Pero ahora es una época diferente", afirma Bayar. Frente a la degradación ecológica de la estepa, las autoridades han tomado medidas y han acelerado la sedentarización de los pastores, iniciada hace una decena de años.

Estas medidas pretenden impedir el pastoreo excesivo en una pradera en pleno proceso de desertización, castigada por una sequía persistente, e imponen restricciones de varios meses al año.

Sin embargo, los descendientes de Gengis Khan ven en ello un atentado a su cultura. Desde hace siglos, este pueblo guía a sus ovejas y caballos a través de la estepa, durmiendo bajo sus tradicionales tiendas de campaña.

Turistas

Hoy en día, estas tiendas de campaña albergan a turistas chinos. Bayar las ha convertido en su fuente de sustento. Dice que el Gobierno "impulsa" esta actividad. Y no dice nada más, mientras estén presentes responsables oficiales locales que acompañaron a este periodista hasta su pequeña y aislada casa. Lejos de las orejas de los responsables, otros mongoles se muestran mucho más vehementes.

"Esta política va a extinguir el modo de vida nómada. Esto es un desafío histórico para el pueblo mongol", asegura Batar, un pastor de 28 años de la región de Erdos. Batar debe aparcar su rebaño tres meses al año. No tiene medios para alimentarlo durante tanto tiempo.

Así, ha tenido que vender la mitad de sus 300 ovejas en el peor momento, mientras los precios de la carne caían bajo el efecto de la crisis económica. "Nuestro espacio y nuestro derecho a vivir en nuestra propia tierra se encogen", deplora.

Pero el problema todavía es peor, según los mongoles: un buen número de estas tierras protegidas acabarán en manos de las compañías mineras o energéticas chinas. El Gobierno no ha respondido a las peticiones de France Presse para que expresara su posición.

La 'chinización'

En la Mongolia Interior, las acusaciones contra Pekín se asemejan a las que emanan del Tíbet o de la región autónoma de Xinjiang (noroeste), pobladas de minorías musulmanas. Allí también se lamenta la chinización de la cultura y una degradación del medio ambiente.

La Revolución Cultural (1966-1976) supuso para esta región --en otro tiempo parte del imperio mongol-- un periodo funesto. Los mongoles eran sospechosos de buscar una reunificación con la Mongolia vecina, bajo la sombra de la Unión Soviética deshonrada, y presumiblemente murieron decenas de miles. Durante decenios, incluso el nombre de Genghis Khan era oficialmente tabú, cuentan los mongoles.

Y hoy en día, a numerosos jóvenes ya no les interesa su cultura, demasiado ocupados en asimilarse en la sociedad Han (china) para sobrevivir, subraya Lu Jiamin, autor del best seller El tótem del lobo, un homenaje al modo de vida mongol. "Esta cultura, simplemente, está en vías de desaparición", afirma.

Lu es de origen Han, aunque, enviado al campo durante la Revolución Cultural, ha vivido con los nómadas mongoles. Gracias a esta experiencia, ha podido escribir El tótem del lobo, firmado con seudónimo y objeto de ataques desde Pekín. "El Gobierno es chino, no entiende esta cultura. ¿Cómo podría preservarla?", dice.