ASCETISMO EXTREMO EN BUSCA DE LA PUREZA

Los monjes jainistas rechazan toda posesión material y recorren descalzos la India para predicar la no violencia

"No es duro, lo duro es el mundo de hoy", dice una de ellos

MARIBEL IZCUE
NUEVA DELHI

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A los 26 años, la joven Erawati se despidió del mundo. Regaló todos sus bienes, se envolvió en una tela blanca y pasó por un rito religioso que incluía arrancarse los cabellos de raíz. Luego, calva y descalza, se lanzó a recorrer la India para difundir la doctrina del ascetismo y purificar su alma.

Aquella ceremonia tuvo lugar en 1979. Hoy, Erawati se llama Syadwadmati --el nombre que le dio su gurú cuando renunció a todo lo tangible-- y es una respetada monja jainista. En la India, unos cinco millones de personas son seguidoras del jainismo, una religión minoritaria que aboga por el rechazo de lo material y la práctica extrema de la no violencia. Lossadhus(monjes) pertenecientes a la rama jainista de losdigambar, la más radical, llevan consigo un abanico de plumas de pavo real para barrer el suelo antes de sentarse y así no matar ningún insecto. Algunos también se cubren la nariz y la boca con mascarillas para evitar respirar microorganismos.

Más de un millar

Aunque la inmensa mayoría de los jainistas viven como seglares, perfectamente integrados en la sociedad y sin llegar en absoluto a estos extremos, se calcula que en la India hay algo más de un millar de fieles que han tomado el mismo camino que Syadwadmati. Personas que, en la era del consumismo galopante, dicen adiós al móvil, el coche, la casa y los ahorros de toda una vida.

"Para mí no fue duro. Lo que es duro es el mundo de hoy",dice Syadwadmati, sentada frente a un pequeño altar en un centro jainista de Nueva Delhi. A los monjes y monjas como ella se los ve a veces andando descalzos y casi desnudos por las carreteras, con un aspecto que hace muy difícil imaginar que antes podían ser desde estudiantes a poderosos hombres de negocios. Syadwadmati procede de una rica familia de comerciantes de Indore, en la región central de Madhya Pradesh.

"Supe que quería tomar este camino cuando tenía 15 años. No me interesaba el dinero, ni los vestidos, ni las joyas, ni casarme. No quería atarme a nada--recuerda--. Mi familia se opuso y en un principio mi gurú jainista también. Decía que era muy joven. Pasé 11 años preparándome y, finalmente, cuando cumplí 26, tomé el diksha",explica.

Eldikshaes la ceremonia de renuncia a todo lo material, que dura de 3 a 15 días. A Syadwadmati, durante los primeros días la vistieron y adornaron como si fuera una novia, para tentarla con cosas mundanas y darle la oportunidad de cambiar de opinión. Luego empezaron los ritos de renuncia. El más doloroso, arrancarse los cabellos de la cabeza."No se puede derramar una lágrima. Así se demuestra autocontrol y desapego al cuerpo",señala. Este ritual lo deben repetir toda la vida: cada tres o cuatro meses, los monjes y monjasdigambarise quitan el pelo de raíz. A Syadwadmati le toca de nuevo dentro de pocas semanas.

Además de la tela con la que se cubre y su abanico de pavo real, la única posesión material de la monja es un recipiente con agua, que usa para mantener una mínima higiene. Su estricto código de conducta establece que solo puede comer y beber una vez al día. No consume carne ni tampoco tubérculos, porque"al arrancarlos de la tierra se acaba con la vida de muchos insectos".

Renuncia a la familia

Su renuncia incluye a los seres queridos: no puede ver a sus familiares --a menos que ellos acudan a verla o se encuentren casualmente--, y debe peregrinar sin descanso a pie por la India. Lo máximo que puede quedarse en una aldea es tres días, y en una gran ciudad, hasta cinco. Luego debe marchar de nuevo, demostrando así su desapego absoluto a todo. La única excepción es la época del monzón: a estos monjes se les permite pasar los meses de lluvias en un mismo lugar. No es para que no se mojen, sino porque durante las lluvias"es mucho más difícil caminar sin aplastar a ningún ser vivo",explica Syadwadmati. Además de la no violencia y el desapego a lo material, se comprometen a la castidad y a ser siempre fieles a la verdad.

Aunque en general estossadhusson respetados en la India y sus bendiciones muy apreciadas, sus actos extremos han ido en ocasiones acompañados de polémica. Y es que se han dado casos de ceremonias dedikshapara familias enteras, incluidos hijos menores de edad. Varias organizaciones defensoras del menor han denunciado que los niños no pueden decidir por sí mismos renunciar al mundo, pero parte de los jainistas ortodoxos defienden que no es una obligación, sino un privilegio. Otros, sin embargo, abogan por fijar en 18 años la edad mínima para tomar tan drástica decisión.