LOS RESULTADOS DE LA CUMBRE DE PARÍS

La Unión por el Mediterráneo nace con seis proyectos de cooperación

Sarkozy (izquierda) y Zapatero se saludan, hoy en París.

Sarkozy (izquierda) y Zapatero se saludan, hoy en París.

JOSÉ A. SOROLLA / PILAR SANTOS
PARÍS

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El Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo (UPM) ha nacido esta tarde en París con la aprobación por unanimidad de seis proyectos de cooperación entre 43 países, los Veintisiete de la Unión Europea (UE), más los de la orilla sur, excepto Libia, y algunos de los Balcanes. La cumbre eleva el nivel político de la relación entre la UE y sus socios mediterráneos, comparte mejor las responsabilidades y centra las relaciones en proyectos "útiles para los ciudadanos", como destaca la declaración final.

Los dos primeros copresidentes de la UPM, el francés Nicolas Sarkozy y el egipcio Hosni Mubarak, han subrayado en la conferencia de prensa que ha cerrado la cumbre que no habrá problemas de financiación de los proyectos, en los que intervendrá la iniciativa privada. "No falta dinero. Hay mucho dinero en el proceso de Barcelona, lo que falta es confianza, paz y seguridad", ha dicho Sarkozy. "El problema no es de financiación, sino de confianza y estabilidad", ha coincidido Mubarak. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, también ha afirmado en su intervención ante el plenario que la "paz es la asignatura política pendiente" de la región.

Éxito de Sarkozy

El primero de los seis proyectos aprobados se refiere a la lucha contra la contaminación en el Mediterráneo, que Zapatero ha valorado especialmente por el peso que el sector turístico tiene en la economía española. La Comisión Europea (CE) presentó ya en marzo planes concretos para eliminar de aquí al 2020 el 80% de las fuentes contaminantes con un coste de unos 2.000 millones de euros. El segundo proyecto consiste en establecer las llamadas autopistas del mar para facilitar los intercambios comerciales. El tercero aborda la cooperación en protección civil para luchar contra las catástrofes naturales.

Los otros tres se concretan en un plan de desarrollo de la energía solar --en el que las empresas españolas aspiran a participar--, la creación de una universidad euromediterránea en Portoroz (Eslovenia) y el desarrollo de un programa Erasmus de intercambio de estudiantes universitarios de la región, y, finalmente, planes de ayuda a las pequeñas y medianas empresas, una iniciativa presentada conjuntamente entre España e Italia.

Un Sarkozy exultante ha cifrado el éxito de la cumbre en cuatro requisitos que se han cumplido: amplia participación, aprobación de una declaración común, puesta en marcha de proyectos concretos y ausencia de incidentes. El presidente francés, que propuso la UPM hace año y medio, antes de ser elegido, es el auténtico triunfador de la reunión, y así ha sido reconocido tanto por Mubarak, que ha elogiado el Proceso de Barcelona nacido en 1995, como por José Manuel Durao Barroso. "Gracias a Sarkozy, el Mediterráneo está en el centro de la geopolítica europea", ha dicho el presidente de la CE.

Como estaba previsto, la UPM tendrá dos copresidencias, una de un país de la UE (semestral) y otra de uno del sur del Mediterráneo, que durará dos años. La cumbre ha decidido también la creación de un secretariado, del que Barcelona aspira a ser sede, circunstancia que se decidirá en noviembre en una reunión de ministros de Exteriores. Las cumbres serán cada dos años, pero los cancilleres se reunirán una vez al año.

Puntos conflictivos

La UPM ha conseguido llegar a un acuerdo incluso en los puntos más conflictivos de la declaración final, como el establecimiento en Oriente Próximo de "una zona exenta de armas de destrucción masiva, nucleares, químicas y biológicas" para lograr un "espacio de paz y estabilidad en el Mediterráneo", y la condena del "terrorismo bajo todas sus formas y en todas sus manifestaciones".

Algunos compromisos no dejan de ser retóricos, ya que los firmantes apuestan por "reforzar la democracia y el pluralismo" y por el "pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades" cuando estos principios están muy lejos de cumplirse en muchos países.