Instaurado el estado de excepción en Georgia
Tras cinco días de una tensa espera, el presidente prooccidental de Georgia, Mijaíl Saakashvili, implantó ayer el estado de excepción en el país durante 15 días y prohibió las emisiones de radio y televisión privadas. Poco antes, había ordenado dispersar con balas de goma y gases lacrimógenos una manifestación multitudinaria de la oposición que exigía su dimisión en el centro de la capital georgiana, Tiflis. Un total de 486 personas resultaron heridas en las protestas, y 109 de ellas fueron hospitalizadas.
La cadena de televisión Imedi, que las autoridades consideran favorable a la oposición, tuvo que cesar las emisiones después de que la policía antidisturbios entrase en las oficinas centrales. Esta cadena había difundido declaraciones de los líderes opositores y había mostrado las imágenes de la policía disolviendo las manifestaciones contra el presidente. Las autoridades también pusieron fin a las emisiones de Vavkasia, otra cadena de televisión independiente, de menos audiencia que la anterior.
Saakashvili acusó a los servicios secretos rusos de estar detrás de las manifestaciones. "Durante el tiempo de vigencia del estado de excepción se prohibirán las manifestaciones y mítines", aseguró el primer ministro georgiano, Zurab Nogaideli. "Tenemos pruebas de las actividades subversivas de los servicios secretos rusos en territorio georgiano, y las vamos a revelar. Moscú incluso creó un Gobierno paralelo preparado para reemplazarme antes de finales de este año. No me lo tomé en serio. Desgraciadamente, han tenido éxito en parte", dijo Saakashvili.
EXPULSIÓN
El presidente georgiano anunció la expulsión de varios diplomáticos rusos por mantener contactos con la oposición. En total, tres empleados de la embajada fueron declarados personas no gratas, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores. Georgia también llamó a consultas a su embajador en Moscú y convocó al embajador ruso en Tiflis, lo que anuncia un incremento de la tensión de las relaciones entre los dos países, ya de por sí complicadas debido a los brotes de separatismo de las regiones de Abjasia y de Osetia del Sur, apoyadas por Moscú. Rusia calificó la decisión de Georgia de "provocación política irresponsable", además de anunciar una "respuesta apropiada".
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