La reapertura de la Mezquita Roja de Islamabad acaba en 15 muertos

EL PERIÓDICO / ISLAMABAD

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Al menos 15 personas murieron y más de 70 resultaron heridas ayer a causa de la explosión de una bomba en los aledaños de la Mezquita Roja de Islamabad. El atentado, protagonizado por un kamikaze, se produjo poco después de que islamistas radicales impidieran las oraciones en la reapertura oficial del templo y se apoderaran del complejo para reclamar la liberación de su imán, tras lograr vencer la oposición de la policía que rodeaba el recinto.

El suicida hizo estallar su carga después de que la policía paquistaní lanzase bombas de humo contra los cientos de estudiantes islamistas que habían ocupado de nuevo la Mezquita Roja en el día de su reapertura. Los radicales reclamaban el regreso del maulana Abdul Aziz Ghazi, quien permanece detenido después de que fuera arrestado durante el reciente asedio del templo por parte del Ejército, que acabó el pasado día 11 con una operación de desalojo en la que hubo al menos 100 muertos.

BOMBA, GASES Y PIEDRAS

El objetivo del suicida era precisamente un grupo de policías que descansaban en el mercado de Aabpara, muy concurrido, tras lanzar los gases lacrimógenos contra los manifestantes, que les arrojaban piedras y palos. Un portavoz de la policía declaró: "Un hombre detonó los explosivos atados a su cuerpo entre dos filas de agentes". Al menos siete de ellos murieron. Un testigo aseguró: "Hubo una gran explosión. Yo mismo llevé los cadáveres de tres civiles y tres policías a las ambulancias".

Al cierre de esta edición ningún grupo se había atribuido el atentado, que se produce en medio de la ola de violencia que azota Pakistán después de que la mezquita fuera sitiada durante una semana y finalmente asaltada por el Ejército, el pasado 11 de julio.

Tras la operación militar, el templo, devastado por los combates, fue objeto de intensos trabajos de rehabilitación. Ayer, un imán designado por el Gobierno se disponía a dirigir la primera plegaria del viernes, pero fue expulsado por cientos de estudiantes radicales que exigían el regreso de Abdul Aziz, detenido en su día cuando intentaba huir del recinto disfrazado de mujer.

CONTRA MUSHARRAF

Los jóvenes cantaban "Musharraf es un perro, muerte al Gobierno", y vaticinaron que la muerte en el asalto del día 11 de julio del otro líder rebelde de la mezquita, Abdul Rashid Ghazi --hermano de Abdul Aziz--, acabará llevando al país "la revolución islámica".