Lula promete "lo imposible" para aclarar el accidente de Sao Paulo

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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"Las pérdidas son nuestras. Lloramos y nos rebelamos junto a ustedes. Estamos viviendo días muy tristes. No podemos aceptar esta tragedia". Después de tres días de silencio, el presidente de Brasil, Luiz InácioLula da Silva, prometió anoche al país "hacer lo imposible" para investigar las causas del accidente del Airbus 320 de Transportes Aéreos del Mercosur (TAM) que el martes, tras un fallido aterrizaje en el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, se estrelló contra un edificio, causando más de 200 muertos.

En un mensaje a la nación, un Lula visiblemente afectado aseguró que "cualquier hipótesis" de lo ocurrido "será examinada" porque no se puede "dejar de lado ninguna pista". Las pesquisas, advirtió, se harán "con rigor y serenidad", sin adoptar "decisiones precipitadas". Al mismo tiempo, el presidente anunció las primeras disposiciones para "modernizar" el sistema de control aéreo, objeto en los últimos tiempos de serias controversias.

Fundamentalmente, el Consejo Nacional de la Aviación Civil (Conac), integrado por ministros y autoridades aéreas, resolvió ayer restringir de forma significativa el número de vuelos en el aeropuerto de mayor movimiento de Brasil. La catástrofe ha tenido un alto coste político para Lula. La oposición de centroderecha reclama la renuncia de los responsables aeroportuarios.

CHÁRTERES PROHIBIDOS

Las primeras medidas son de "emergencia y corto plazo", había dicho horas antes la ministra de la Casa Civil, Dilma Rousseff. Se prohibirá el uso de la pista para vuelos chárter (utilizados fundamentalmente por ejecutivos) y se reducirá el peso permitido de los aviones que tocan tierra. A su vez, el ente estatal Infraero deberá presentar en 90 días "estudios de ampliación y readaptación de los aeropuertos de Sao Paulo".

Entre las medidas de largo plazo, dijo la ministra, están la construcción de un nuevo aeropuerto y "dar apertura del capital para empresas de ese sector". TAM reconoció que uno de los dos sistemas de marcha atrás de las turbinas del avión, que se utiliza para desacelerar al tocar pista, estaba desactivado cuando aterrizó en Congonhas, aunque insistió en que eso no impedía el aterrizaje.

Desde el día del accidente, las acciones preferenciales de TAM acumulan pérdidas del 19,01%.