La fiscalía de Brasil pide el cierre del aeropuerto de Sao Paulo

ABEL GILBERT / SAO PAULO

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La fiscalía federal de Brasil pidió ayer el cierre del aeropuerto Congonhas de Sao Paulo, mientras que el Gobierno nacional hacía malabarismos para no pagar el costo político de una tragedia que puede superar los 200 muertos y cuyas causas son explicadas de maneras tan encontradas que, en pleno duelo, hacen temer un final de las investigaciones sin responsabilidades penales.

Los bomberos han rescatado 184 cadáveres, casi el total de los pasajeros y tripulantes del Airbus A320 de TAM que se estrelló contra un edificio tras un desgraciado aterrizaje. Ayer todavía quedaban más de 20 cuerpos sepultados.

SILENCIO DE LULA

El presidente Luiz InácioLulada Silva continuaba ayer en silencio. Por la mañana, se reunió con su gabinete de crisis para analizar la situación. El ministro de Defensa, Waldir Pires, no fue invitado, indicio de que puede convertirse en el chivo expiatorio. "Inmovilizado, incompetente y confuso, el Gobierno de Lula no hizo nada para garantizar la seguridad de un aeropuerto colapsado y bajo control militar", aseguró el diarioFolha de Sao Pauloen un virulento editorial.

La oposición de centroderecha también apuntó contra el mandatario. Entre los pasajeros del infausto vuelo de TAM estaba Julio Redecker, un joven diputado federal del Partido de la Socialdemocracia (PSDB) a quien se le auguraba una muy prometedora carrera política.

El pasado 3 de abril, Redecker pidió al Gobierno que restituyera la credibilidad de sistema de control del tráfico aéreo. De lo contrario, advirtió, "hay riesgo de nuevas víctimas". La Federación Internacional de Controladores Aéreos (IFATCA) acusó a las autoridades brasileñas de "ignorar las normas de seguridad internacionalmente reconocidas".

Toda catástrofe es una suma de historias humanas que la televisión no se cansa de repetir: las familias que viajaban al completo para pasar unas vacaciones, la profesora que se había subido a una avión por primera vez, el ingeniero que embarcó en el último momento... Detrás de estos dramas se esconde una cadena de responsabilidades.

"Una extensa burocracia, representada por una sopa de letras de las siglas de más de 10 organismos oficiales, no fue capaz de apuntar en la misma dirección de las causas de la mayor tragedia de la aviación brasileña", subrayóO Globo.

"La pista estaba lisa como un jabón", insisten los aviadores. "No había tanta agua como para patinar", señala el ente estatal aeroportuario Infraero. "Fue un error del piloto: las imágenes del aterrizaje muestran humo en una turbina. La nave nave aterrizó a una velocidad superior a la norma", agregó.

Las conclusiones estarán dentro de 10 meses. Más allá de las conjeturas nadie se olvida de que la tragedia ocurrió en Congonhas, en el mismo corazón de Sao Paulo. El lugar de la atroz profecía autocumplida.