El cambio climático también aumenta la temperatura de Marte, según una investigación

EFE / LONDRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Científicos de Estados Unidos han descubierto que Marte también experimenta un cambio climático que se refleja en el aumento de sus temperaturas medias y tiene su origen en las variaciones en la luz solar que llega a su superficie.

Los resultados de la investigación, que recoge en su último número la revista científica Nature, cifran en 0,65 grados centígrados el aumento en las temperaturas medias de Marte desde la década de los 70 hasta los años 90 del pasado siglo.

Según el estudio, el recalentamiento del planeta ha contribuido además a la "rápida" y "acusada" disminución de la capa de hielo del polo sur de Marte observada en los últimos cuatro años.

El informe explica cómo las variaciones de los rayos del sol en la superficie del planeta rojo están relacionadas con el mayor movimiento de las partículas de polvo en el aire y el incremento de la circulación del viento que Marte experimenta, lo que, a su vez, propicia el aumento de las temperaturas.

Aumento de la circulación de los vientos

Hasta ahora solo se había atribuido a las radiaciones solares el mayor movimiento del polvo marciano, pero no el aumento de la circulación de los vientos ni su efecto en las temperaturas del planeta.

Además, los cambios en la cantidad de radiación solar que incide sobre la superficie de Marte y que ésta refleja, relación que en términos científicos se conoce como albedo, refuerzan los vientos que generan el cambio climático.

Los científicos estadounidenses, entre los que se encuentra Robert M. Haberle de la NASA, describen cómo en las últimas tres décadas se ha producido un aumento de la circulación del viento en las áreas más oscuras de Marte, mientras que se ha reducido en las áreas más luminosas del planeta.

El informe concluye que los cambios en el albedo pueden dar lugar a nuevos fenómenos climáticos en el planeta rojo y sugiere que en el futuro se consideren los cambios en las radiaciones solares en Marte a la hora de investigar su atmósfera y clima.