El ministro de Defensa de Israel pide que se negocie con la ANP

"Hay que tomar la iniciativa", justificó el responsable israelí

RICARDO MIR DE FRANCIA / JERUSALEM

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno de coalición israelí es como una jaula de grillos, sin una voz unificada ni dirección precisa. Horas después de que el gabinete de ministros votara ayer a favor de mantener el boicot sobre el nuevo Ejecutivo palestino, el ministro de Defensa, Amir Peretz, hacía un llamamiento para negociar un estatuto final de paz.

"No debemos permitir que los palestinos ignoren las condiciones del Cuarteto --dijo el líder laborista-- pero es hora de tomar la iniciativa en lugar de estar a la defensiva". Su anuncio llega diez días antes de la cumbre de la Liga Árabe en Riad, donde se debatirá la oferta saudí del 2002 para acabar con el conflicto entre Israel y el mundo árabe.

El jefe del Gobierno, Ehud Olmert, está entre la espada y la pared. La derecha le presiona para que rompa relaciones con el presidente palestino Mahmud Abbás (alias Abú Mazen) por su alianza con Hamás; el centroizquierda, para que vaya al grano de la negociación obviando incluso la sacrosanta hoja de ruta. Su correligionario y ministro de Infraestructuras, Meir Shertrit, incluso se atrevió a recomendarle que se "autoinvite" a la cumbre a celebrar de la Liga Árabe.

Pero el primer ministro, sin respaldo popular ni iniciativa diplomática, no sabe por dónde tirar. En la votación de ayer, el Gobierno decidió preservar la vía de comunicación con Abú Mazen, pero al mismo tiempo Olmert rechazó la reanudación de las negociaciones.

GIRA PALESTINA POR EUROPA

Para colmo, su estrategia de aislamiento internacional a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) puede desmoronarse. Los nuevos ministros palestinos de Finanzas y Exteriores partirán a una gira por Europa, América y el mundo árabe en pos de más apoyos para acabar con el embargo. Israel podría perder su posición de fuerza. Por eso, Peretz quiere devolver la pelota al tejado palestino. Olmert, de momento, no se atreve.